La Nueva Nacionalización Eléctrica
Por: Vladimir Parra
Columna: Estación Esperanza
“No se va a sacrificar a la CFE… esta empresa la vamos a dejar bien consolidada”
-AMLO, agosto de 2022
La semana pasada vivimos un suceso histórico para nuestro país y la defensa de nuestra soberanía energética a través de la firma de un convenio en el que el Gobierno de México compró a Iberdrola 13 plantas de generación de energía eléctrica que formarán parte del patrimonio público y serán operadas por la CFE.
Esta nueva nacionalización, realizada por el Pdte. Andrés Manuel, busca garantizar que en lo que queda del sexenio no haya un aumento en el precio de los combustibles además de dejar sentadas las condiciones para que se mantenga la misma política de precios en gasolina, diésel, gas y luz. Es estratégica pues se tendrá el control sobre la planeación eléctrica en el país: se cobrará luz a un puñado de grandes empresas que simularon ser de “autoabasto” para no pagar; mientras la compra de las plantas de Iberdrola, permitirán cuidar la red de transmisión, que se veía forzada cuando la energía solar y eólica se interrumpía.
Es de resaltar como en sexenios anteriores, Iberdrola no invirtió en redes de transmisión o en plantas de respaldo para la intermitencia de sus plantas, sino que ese peso fue subsidiado por la CFE a través de la utilización de sus líneas. La paraestatal que debía buscar el bienestar de México, recibió por años la carga de la iniciativa privada, protegiendo así intereses oligárquicos antes que los del pueblo.
La nueva nacionalización de la industria eléctrica es un eje fundamental para sentar las bases de la 4ª transformación del país, bajo esta visión y principios se busca el bienestar colectivo por encima de las ganancias, lo que contrasta con la visión privatizadora y mercantilista que hubo durante el periodo neoliberal, esa que llevó a Carlos Salinas a privatizar 18 bancos; a Ernesto Zedillo a privatizar el sistema ferroviario que había nacionalizado Lázaro Cárdenas; a Vicente Fox a privatizar a Mexicana y Aeromexico que eran empresas públicas, por fines meramente electorales; a Felipe Calderón a intentar desaparecer al Sindicato Mexicano de Electricistas y extinguir a Luz y Fuerza del Centro para iniciar el desmantelamiento y privatización del sector eléctrico del país; y a Peña Nieto, a privatizar la industria petrolera de México.
Hoy por hoy, el Pdte. Andrés Manuel ha sentado las bases de una transformación profunda: Se creó el Banco del Bienestar el más importante del país y con carácter social; se construye el Tren Maya que detona el desarrollo del sureste con proyectos integrales de infraestructura y beneficios en diversos sectores; se adquirieron los activos de Mexicana de Aviación para la creación de una empresa pública; se ha rescatado a nuestras paraestatales como PEMEX y CFE, además de que se ha nacionalizado el litio, se han adquirido refinerías, plantas eléctricas y se ha construido el parque solar más grande de América Latina. Con estas acciones se sientan las bases de una transformación que busca garantizar el bienestar de las grandes mayorías, reducir la brecha de la desigualdad pero sobre todo, garantizar el porvenir de México con independencia, libertad y soberanía. Por el bien de todas y todos.