Un fantasma recorre Europa: el fantasma del coronavirus
Por Eduardo Bravo*
Quién iba a pensar que un ser casi invisible provocaría el inicio de una recesión a nivel mundial, en especial al capitalismo europeo. Es un fantasma muy especial, que no busca generar conciencia de clases, ni huelgas y mucho menos revoluciones. Este fantasma es microscópico y se propaga de una manera impresionante en todo el mundo. Este fantasma que recorre al sistema capitalista occidental, no es el comunismo, tampoco es el socialismo, es el “coronavirus”. Este virus terminará matando a más personas por hambre que por gripe.
En febrero se cumplieron 172 años de la publicación del “Manifiesto Comunista”, escrito por los pensadores Carl Marx y Friedrich Engels, el cual inicia con la multicitada frase “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo”, que anunciaba el fin del sistema capitalista europeo, con una revolución obrera que socializaría los medios de producción. La primera vez que se publicó el manifiesto en febrero de 1848, coincidió con insurrecciones en Milán y Berlín, hoy en día coincide con la peor crisis capitalista del siglo XXI.
En menos de tres meses se ha deteniendo la industria, los negocios y el turismo, cabe aclarar que no fue la clase obrera, si no el miedo a ser infectados por el nuevo virus. La clase trabajadora es la más afectada en Europa y el mundo ya que, al detenerse la economía y cerrarse infinidad de negocios por los Estados de emergencia dictados en la mayoría de países con presencia del covid-19, se corre el riesgo de la perdida de millones de empleos, este golpe a la economía se prevé que será peor que la crisis financiera de 2008.
La Organización Internacional de Trabajo (OIT) advierte que la emergencia sanitaría actual dejará más pérdidas de empleos que la “Gran Recesión” del 2008, que dejó sin sustento a 22 millones de familias en todo el mundo. Ahora con la crisis causada por el coronavirus se prevé la desaparición de 25 millones de empleos a nivel planetario. El desempleo que ya existe aunado a los pronósticos vulnera a las clases trabajadoras y la las Pymes, por los precarios ingresos a comparación de las grandes empresas.
Ante esta nueva crisis sanitaria que se volvió económica, en especial en los países considerados potencias, la OIT apunta que las pérdidas de ingresos laborales podrían llegar a ser de 860 mil millones de dólares y en el peor de los casos de hasta 3.4 billones. La pérdida de ingresos de los trabajadores repercutirá directamente en su subsistencia, pero además en la caída de los niveles de consumo que afectará a su vez el ingreso de los negocios, los cuales no podrán mantener a sus plantillas laborales, ni crear nuevos empleos.
El capitalismo occidental conformado por Alemania, Francia, Italia, España, Inglaterra y los EEUU está en recesión a raíz de que sus gobiernos han ordenado cerrar todo por la cuarentena dictada en esos países, además Europa se encuentra bloqueada al no permitirle vuelos de mercancía y de ciudadanos a otros países por el miedo a la propagación del covid-19. La pandemia que inició en China avanzó rápidamente y colocó a Europa como el epicentro del nuevo virus, además los EEUU están en emergencia nacional.
La hecatombe económica ha puesto a los Estados a tomar medidas para paliar los estragos económicos por las medidas exageradas de los gobiernos, como cerrar las fronteras y declarar cuarentena para evitar la propagación del virus. La economía se hunde y los sectores más afectados por los cierres son las aerolíneas, hoteles y restaurantes que están a punto de quebrar. Las medidas punitivas de igual manera mandaron al desempleo a millones de trabajadores, ante esta situación los gobiernos están buscar cómo evitar la crisis.
En los EEUU el presidente Donald Trump anunció la intervención del Estado a través de una ley de 1950, que permite movilizar la industria a los intereses del país, por ejemplo, la fabricación de suministros médicos y alimentos básicos. Otra medida es la suspensión de hipotecas y desahucios hasta finales de abril. Además de un programa económico de más de 1 billón de dólares, que busca el envío directo de cheques de $1000 dólares a los ciudadanos más vulnerables para impulsar el consumo.
Inglaterra anunció que garantizará $400 mil millones de dólares, que repartirá a las familias más afectadas, así como préstamos a las empresas que estén en riesgo de quebrar por la pandemia. Por otra parte, España movilizará el 20% de su PIB para combatir los estragos económicos de los sectores más golpeados por la crisis. A su vez Francia ya trabaja en un plan económico de emergencia, que incluye la entrega de recursos económicos a trabajadores y empresas que se encuentren en paro parcial por el Covid-19.
Italia que es uno de los países más afectados de Europa por el nuevo virus también anunció el rescate económico para su población, que incluye la entrega de dinero a empresas y trabajadores afectados por la contingencia. Otro país paralizado es Alemania que mediante créditos ayudará a las empresas para evitar su quiebra, además se contempla recortar el número de horas de los trabajadores por la caída de producción. Todos los países antes mencionados de igual manera anunciaron el cese de cobro de algunos impuestos y servicios a los ciudadanos.
El colapso del capitalismo occidental y de sus sistemas de salud, demuestra que el neoliberalismo solo se enfocó en la producción de mercancías más baratas a costa de la pauperización de la clase trabajadora, mercancías que son capaces de llegar y trasladarse a todos los rincones de la tierra, gracias a la creación de una gigantesca red comercial que conecta a todos los países, sin que se tomaran en cuenta medidas sanitarias y de prevención suficientes, al poner como lo más importante la ganancia sobre el bienestar de la humanidad.
La nueva política económica de occidente ante la pandemia es proteccionista, y acabará con el neoliberalismo y con la globalización comercial que funciona actualmente en el mundo. Cabe destacar que a partir del “coronavirus” se llevó a cabo una serie de bloqueos económicos en especial los EEUU, Europa y de China, que terminará por suspender por tiempo indefinido con los acuerdos comerciales que se tenían, lo que llevará a los países a una especie de “Estados de Bienestar” para no quebrar sus economías y los preparará para, el neokeynesianismo que se avecina a nivel planetario.
*Jesús Eduardo Bravo Delgado, Licenciado en Administración Pública y Ciencia Política por la Universidad de Colima.
Contacto: Jebravod@gmail.com