Espacios públicos de construcción de paz
Por Marisa Mesina
Un espacio público es aquel que está al servicio de todas las personas que habitan o visitan una comunidad, pequeña o grande, donde se pueden realizar actividades artísticas, culturales, deportivas y/o de convivencia.
Los espacios públicos han estado presentes desde el inicio de la civilización. El concepto de parque público surge en la Inglaterra del siglo 18, al mismo tiempo que se instalan las fábricas en las ciudades. Estos parques se concretan como una opción del cuidado de la salud, siendo una estrategia para contrarrestar las malas condiciones laborales de los trabajadores de las industrias incipientes, que eran lugares sin baños, sin ventanas, sin luz natural.
Aunado a las malas condiciones laborales, las viviendas, insalubres y pequeñas, tampoco eran adecuadas para dar cabida a tantas personas que provenían del campo y se instalaban en las ciudades, donde había posibilidades de empleo.
El Birkenheard Park fue de los primeros espacios que marcan la transición de los paisajes privados a los espacios públicos, donde todas las clases sociales podían convivir y sobre todo, donde podían desarrollarse actividades diversas al aire libre.
En un sentido estricto, el espacio público es, como lo Plantea Georgina Isabel Campos, “patrimonio y producto histórico y nacional, pero también, producto de la acción en la vida cotidiana… donde recae la experiencia que se genera entre la relación de las personas con su entorno”.
Actualmente, los espacios públicos pueden ser zonas viales, recreativas, de equipamiento comunal y de servicios públicos. Son responsabilidad del estado y se mantienen y mejoran con recursos propios que se obtienen de los impuestos que paga la comunidad.
Los espacios públicos deben planearse, diseñarse y mantenerse para dar identidad a las personas que transitan, visitan o viven a los alrededores de los mismos. Buscan ser un espacio que todos puedan visitar y que su acceso sea libre.
La importancia de los espacios públicos en la vida comunitaria implica su posibilidad de facilitar el tránsito de las personas a sus hogares, lugares de trabajo, guarderías, escuelas u hospitales. También se constituyen como espacios de esparcimiento, descanso, convivencia y recuperación de la fuerza de trabajo. En cuestiones inmobiliarias, las condiciones en las que se encuentren los espacios públicos pueden influenciar el precio con el cual se cotiza una vivienda o predio que quiere comprarse o venderse.
En el estado de Colima, algunos ayuntamientos han optado por deshacerse de los espacios públicos, para no tener que pagar los altos costos que genera el mantenerlos en buen estado. Aquellos que todavía subsisten, se encuentran en condiciones donde el abandono es evidente.
Una estrategia para mejorarlos es hacer que la ciudadanía se interese por los espacios públicos. Esto implica trabajar en la resignificación de esos espacios para la comunidad. La tarea es lenta y debe ser profunda. Significa la visita casa por casa, para invitarlos a salir, significa reuniones para tomar acuerdos relacionados con esos espacios, como por ejemplo, que hay que hacer con ellos y para que queremos que se usen.
Significa evaluar junto con las personas los espacios y sus usos hasta este momento y buscar junto con ellas, la construcción de nuevas memorias colectivas, donde se combinen ideas, conceptos, imágenes y representaciones sociales que tengan que ver con una vida armónica en comunidad y que les permita tener de esos espacios, recuerdos felices para trasmitirlos a las nuevas generaciones.
Estas nuevas memorias colectivas, deberían estar encaminadas a una cultura de paz, buscando una mejor convivencia y sobre todo, el fortalecimiento de la vida en comunidad.
Referencias: Campos Cortes, G (2011). El origen de la plaza pública en México. Dossier Pág. 17 Obtenido de la red mundial el 8 de febrero de 2023 en: https://www.scielo.org.mx/pdf/argu/v24n66/v24n66a5.pdf