La marcha de los demagogos del prian
Textos al minuto
J. Jesús Jiménez
Han salido a la calle a defender los intereses facciosos de viejos privilegios con que sus organizaciones partidarias medraron a lo largo de 90 años.
No salen a defender el costo de la vida ni la carencia de servicios públicos ni las demandas sociales porque estas exigencias están siendo cubiertas por un gobierno de orientación social federal y estatal.
La asoledada que se dieron este domingo por las calles y avenidas de México y Colima, respectivamente, tuvo el ridículo propósito de defender la corrupción de una Pandilla de notables al frente del Consejo general del INE.
Lo que los carriles y acaudalados defienden, es que el organismo siga siendo manejado por grupos y pandillas camerales.
Vean ustedes los ridículos de su lucha: cuándo por primera vez en la historia moderna del país tenemos un gobierno de orientación social que pone énfasis en el manejo responsable de los recursos y en general en la honestidad; los que protestan son esos exponentes de una corrupción publica y la degeneración de la vida pública institucional. Muchos de ellos En México como en Colima representan lo más oscuro y negro de la de federación pública y partidaria.
Lo que se propone con la reforma electoral del pueblo, no es -como lo dicen estos degenerados de lenguaje político- «tocar al INE»; sino disminuir el número monumental o excesivo de representantes en el Congreso de la Unión, en las dos cámaras fundamentalmente. Y que los consejeros de este organismo electoral sean electos por el pueblo y no impuestos, como ha ocurrido, por las pandillas partidarias y legislativas, meros instrumentos de manipulación del entonces Ejecutivo que los nombró o influyó fundamentalmente en su designación.
El consejo general del INE fue integrado en la tradición de corrupción pianista, consejeros y consejeras a modo, designados por las pandillas legislativas.
En consecuencia la dorada y selecta burocracia electoral- la más cotizada del mundo-, sirve a intereses igualmente facciosos, donde se ha comprobado su conducta fraudulenta.
Los supuestos ideólogos y representantes de esta marcha fifi, la encabeza Woldenberg, quien proviene de aquellos años enseguida del salinato y del cedillato, es un personaje disque ilustrado pero incapaz de tomar una posición viril frente a la corrupción electoral nacional y mundial.
Woldenberg es un instrumento penoso de la reacción, sin calidad moral ni política: es un exponente del consenso de la corrupción, un intelectual orgánico subvencionado históricamente por el presupuesto, ya sea académico o público. Lo retamos a que con esa pandilla de consejeros asuma su responsabilidad en torno a la democracia participativa o directa, porque hasta ahora son enemigos de la democracia en este punto.