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Por Ana Rodríguez
“México enaltece su democracia si participan las mujeres; así que una niña puede ser ingeniera, puede ser abogada, puede ser astronauta, puede ser presidenta municipal, puede ser diputada, puede ser gobernadora y puede ser también presidenta de la república” Claudia Sheinbaum, 2022.
La participación política de las mujeres ha aumentado significativamente en América Latina durante los últimos años; hemos visto mujeres ministras, diputadas federales, gobernadoras, jefas de estado, vicepresidentas y hasta presidentas de la república. Un ejemplo reciente es la victoria de la dupla “Pacto histórico” para la Presidencia de la República de Colombia en la que la abogada, líder social, activista medioambiental, defensora de derechos humanos, feminista y política Francia Márquez se convirtió en la primera mujer de origen afrocolombiano y con formación de izquierda en ser electa vicepresidenta de la República.
Pero esta gran participación femenina no se logró de un momento a otro; tuvieron que pasar muchos años de lucha y activismo feminista para conseguir estos espacios que históricamente han sido ocupados por varones blancos heterosexuales y privilegiados, condenando a las mujeres al espacio privado sin representación política de ningún tipo.
Durante la primera ola de gobiernos progresistas en América Latina, la primera mujer en encabezar un proyecto de transformación desde la Presidencia de la República fue la médica y política chilena Michelle Bachelet quien fungió como presidenta de República de Chile de 2006 a 2010 y de 2014 a 2018 impulsada en ambas ocasiones por el Partido Socialista, siendo la primera mujer en gobernar este país.
En ese mismo periodo, la política y abogada argentina Cristina Fernández alcanzó la presidencia de la república del 2007 al 2011 y del 2011 al 2015, siendo la persona aspirante a la presidencia de este país más votada desde 1983. Fernández fue la segunda mujer en la historia de argentina en ganar la presidencia, pero fue la primera en tener una ideología progresista. Actualmente funge como Vicepresidenta de la República Argentina.
En esta misma ola de gobiernos progresistas en América Latina, la exguerrillera, economista y política brasileña, Dilma Vana Rousseff, perteneciente al Partido de los Trabajadores, quien ocupó la presidencia de la república de Brasil de 2011 a 2016 hasta que, acusada de corrupción y violación a la ley presupuestaria, fue destituida de su encargo como Presidenta de la República Federativa de Brasil. Por las características y la naturaleza de las acusaciones en su contra, fue un visible golpe de estado y uno de los casos más conocidos de Lawfare, al respecto Rousseff mencionó “En mi vida he sufrido dos golpes de Estado. El de la dictadura y éste” (2016).
Aunque México no formó parte de la primera ola de gobiernos progresistas en América Latina, la participación política de las mujeres no se ha quedado atrás, basta ver el actual gabinete del Gobierno de México cuya participación de las mujeres es histórica con 7 mujeres al frente de secretarías nacionales.
Incluso, en pleno 2022, una de las candidatas favoritas de nuestro presidente para darle continuidad al proyecto de nación llamado Cuarta Transformación es una mujer: La Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, actual Jefa de Gobierno de la Ciudad de México; una mujer que ha mostrado congruencia, entereza y seguridad para desempeñarse como la primera mujer Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos.
“No habrá mejor manera de honrar a las feministas del pasado y del presente que haciendo lo necesario para cambiar las circunstancias que enfrentarán las mujeres de las presentes y las futuras generaciones” (Vizcaíno, I. 2021).
El panorama en el estado de Colima también es muy favorable para las mujeres, pues fuimos la primera entidad del país en elegir a Griselda Álvarez Ponce de León como la primera mujer gobernadora de nuestro estado y de México. Hoy, 36 años después, Indira Vizcaíno Silva llega a la gubernatura del estado de Colima por la coalición “Juntos Haremos Historia en Colima” siendo abanderada por el partido de izquierda “morena”, convirtiéndose en la segunda mujer en encabezar el ejecutivo estatal; sumando en la actualidad un total de 9 mujeres gobernadoras en el país, sin duda una cifra histórica.
En el gabinete de Indira Vizcaíno se encuentran 8 mujeres al frente de secretarías y subsecretarías del gobierno del estado, resaltando que por primera vez en la historia de Colima una mujer encabeza un espacio tan importante como lo es la Secretaría General de Gobierno.
En el Congreso del Estado de Colima, de 25 curules 13 están ocupados por mujeres, de los cuales 4 pertenecen a mujeres jóvenes. Estas cifras repercuten de forma positiva en la gran cantidad de reformas y leyes que han salido en materia de perspectiva de género e igualdad; el 1 de diciembre del año 2021, en el Congreso del Estado de Colima se aprobaron una serie de reformas presentadas por la diputada morenista Isamar Ramírez que permiten la Interrupción Legal del Embarazo hasta las 12 semanas de gestación, convirtiéndonos en la sexta entidad en despenalizar el aborto.
En este mismo tenor, la ex diputada local por morena Viridiana Valencia expresó: “A quien yo llevo en mi vientre es mi hijo y fue mi decisión tenerlo, nadie por encima de mis decisiones, educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir” ( 2021.)
Otra de las leyes que más revuelo causó fue la Ley de Menstruación Digna presentada por la diputada de morena Isamar Ramírez que busca otorgar permisos para ausentarse del trabajo o de la escuela sin ningún tipo de penalización y con goce de sueldo para las personas menstruantes que sufran de dismenorrea, esto con el fin de crear condiciones de igualdad entre hombres y mujeres y lograr así hablar de la menstruación sin el asco y el tabú que rodea este tema.
En materia de movilidad, la subsecretaria de esta dependencia gubernamental, Livier Rodríguez, en coordinación con SEDATU e INMUJERES, comenzó a implementar los lineamientos para prevenir, erradicar y sancionar el acoso sexual en el transporte público colectivo fomentando la cultura de la denuncia y apostándole a la capacitación y sensibilización en materia de perspectiva de género a todas las personas y a las y los conductores.
Lo mencionó la subsecretaria en su momento “En el Gobierno del Estado, con una mujer al frente, tenemos la firme convicción de implementar políticas públicas que ayuden a erradicar y combatir las violencias contra las mujeres” (Rodríguez, L. 2022)
Otra de las secretarías que históricamente habían sido asignadas a hombres es la secretaría de infraestructura, desarrollo urbano y movilidad que, al ser encabezada por Marisol Neri León, tomó una perspectiva social y feminista construyendo, únicamente en este año, dos Unidades Locales de Atención a Mujeres, uno en el municipio de Tecomán y otro en Villa de Álvarez.
Ante estas Unidades de Atención a Mujeres, la gobernadora Indira Vizcaíno indicó que
“El objetivo es que la Unidad Local de Atención funcione como instancia cercana, que oriente y detecte de manera temprana distintos tipos de violencia de género, y brinde seguimiento a casos, con apertura de expedientes individuales acorde a las necesidades de cada mujer; estas instalaciones contarán con personal profesionalmente calificado para identificar casos que pongan en riesgo la vida de las víctimas, canalizarlas con hijas e hijos a refugios donde estén bien resguardadas y reciban el apoyo psicológico, médico y jurídico que requieran” (2022).
En conclusión, el acceso de las mujeres a cargos de representación popular y de toma de decisiones ha permitido alcanzar derechos que históricamente nos fueron negados por políticas conservadoras y patriarcales, además de comenzar a construir un piso parejo para nosotras.
Sin duda, que las mujeres estén en puestos de toma de decisiones es un gran paso para implementar políticas públicas y legislaciones para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres pero claramente no es suficiente, se necesita más que el género para tener una visión feminista de izquierda, se necesita más que un sexo y un rol de género para mirar el mundo con los lentes violetas.
Implementar acciones que busquen erradicar la violencia contra las mujeres y que pretendan construir un mundo más justo para las personas es una tarea colectiva en la que todas y todos debemos poner nuestro granito de arena. No es necesario que estemos en algún cargo público para evidenciar el acoso sexual, para acompañar a nuestra amiga a denunciar a su agresor, para no reírnos de chistes misóginos y para buscar formas más amorosas y justas de relacionarnos con quienes nos rodean, buscando siempre el bienestar colectivo.
Seamos conscientes de la importancia de que las mujeres estén al frente de gobiernos y dependencias, impulsemos nuevos cuadros jóvenes y femeninos para darle continuidad a las políticas en materia de igualdad de género que ya se han implementado. Hemos conseguido saldar muchas deudas históricas que se tenían con nosotras, pero la lucha no ha terminado, sigámonos organizando para cuidar los derechos alcanzados y para buscar otros más que aún no se cristalizan para nosotras.
Quiero concluir con una frase de nuestra actual gobernadora, por cierto la más joven del país, “He insistido que la Cuarta Transformación será feminista o no será; la 4T impulsa una nueva cultura, leyes más justas para garantizar la equidad, prevenir y erradicar la violencia de género” (Vizcaíno, I., 2022).