Elecciones del 5 de junio: Democracia Representativa y Soberanía Nacional
Por Linda Illanes
Columna: Utopías
El día de ayer se dieron a conocer los resultados promedio del cómputo rápido ofrecido por el Instituto Nacional Electoral (INE), de las elecciones de éste 5 de junio del 2022, en las que de seis entidades federativas, el pueblo triunfó en cuatro de estos estados. La izquierda Morenista ganó territorio en Tamaulipas, Quintana Roo, Hidalgo y Oaxaca, mientras la oposición PRIANISTA, y ultraderecha, fue electa en Aguascalientes y Durango.
Cabe señalar que, al igual que Colima, el estado de Hidalgo fue gobernado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) por más de 90 años, definitivamente, como lo declaró el Presidente Andrés Manuel López Obrador, su clasismo y racismo les cobró factura.
Son 22 las entidades federativas gobernadas por el pueblo, como una muestra clara de la Soberanía Nacional, de los representantes que queremos y necesitamos los mexicanos, un proyecto político y social que es respaldado por millones, que surge precisamente del pueblo, de las minorías.
Pero, ¿qué es la Soberanía Nacional? Qué significado tiene este concepto que, a partir de la entrada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República, ha resonado en sus mañaneras, en las iniciativas populares, en las políticas públicas, los programas sociales, y en general, en la organización del Movimiento de Regeneración Nacional.
Desde un aspecto teórico-jurídico, se dice que la Soberanía la demandan los pueblos, es aquella que se da en la capacidad de autogobernarse y que es propia de toda comunidad perfecta (Barragán, 2013, UNAM, p.411). Lo anterior, nos indica en primer término que la soberanía se origina en el pueblo, en la clase obrera, campesina, de los grupos vulnerables, y en general de la sociedad. También se habla de que se da en la capacidad de autogobernarse, pero ¿qué es el autogobierno y como se traduce en nuestro contexto?; el autogobierno se da cuando una sociedad o un pueblo tienen la organización y estructura suficiente para tomar decisiones en conjunto que afectan directamente sus intereses, lo que incluye el debate y la intervención informada de las personas.
En nuestro contexto actual, vivimos en una República representativa y democrática, es decir nuestro autogobierno se da a través de diversos mecanismos o métodos que nos permiten participar en la toma de decisiones públicas, ya sea mediante el ejercicio del voto, la consulta ciudadana, el parlamento abierto, el plebiscito, referéndum, entre otras formas de democracia representativa o participativa.
Finalmente, cuando se habla de que la soberanía es propiedad, o dicho de otra forma, característica de toda comunidad perfecta, significa que existe una organización ideal y práctica que permite la manifestación de los intereses públicos, los cuales son representados, y en función de los mismos se toman las decisiones públicas, por lo que esta comunidad en determinado momento alcanza el bien común.
Por otra parte, nuestra Constitución Política Federal contiene el concepto de Soberanía Nacional, específicamente, el artículo 39 nos dice que la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo, que todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste, por lo que el pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.
Así mismo, como complemento de lo anterior, el artículo 41 del mismo ordenamiento señala que el pueblo, ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión, es decir, el Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, en los casos de la competencia de éstos, y por los de los Estados y la Ciudad de México, en lo que toca a sus regímenes interiores, en los términos respectivamente establecidos en la misma Constitución Federal.
Es así que, mediante nuestro poder soberano, hemos decidido dar un giro radical, desplazando los gobiernos autoritarios, corruptos y abusivos que por mucho tiempo descuidaron los sectores más importantes de la población, bajo un proyecto que tenía como objetivo saquear el país, a través de la explotación de los recursos naturales, la privatización de servicios básicos, y la explotación laboral y campesina, fuera de todo lo establecido en la Constitución.
A propósito de lo anterior, vale la pena recordar, que nuestra Constitución de 1917 es resultado de la Revolución Mexicana, como una lucha por la soberanía nacional, la igualdad y la libertad que por más de 30 años, el Porfiriato negó al pueblo mexicano. Es reconocida a nivel Internacional como una Constitución Socialista, y pionera en garantizar los derechos económicos, sociales y culturales, adelantándose a todas las Constituciones del Mundo, sin duda es motivo de orgullo.
Hoy vivimos una nueva revolución ideológica, o de conciencias, como la llama nuestro Presidente, en la que optamos por la alternancia de gobierno, un gobierno que tiene como ideal, los principios básicos de toda revolución social de izquierda, es decir, el bien común, la igualdad de oportunidades, la libertad de pensamiento y expresión, la garantía y protección del ejercicio pleno de los derechos humanos básicos. Hemos ejercido el poder soberano mediante el voto, un voto de confianza y de esperanza en el cambio, en un proyecto que pretende transformar, atendiendo las causas de las problemáticas sociales, imprimiendo valores comunitarios y reforzando, precisamente la Soberanía Nacional, por eso, se puede decir que en estas elecciones el pueblo ganó en Tamaulipas, Quintana Roo, Hidalgo y Oaxaca, y con ello se enriquece y avanza nuestra revolución de conciencias.