A un paso de la alegría que viene. Reflexiones de final de campaña
Por Vladimir Parra
Columna: Estación Esperanza
Defender la alegría como una trinchera
Defenderla del caos y de las pesadillas
De la ajada miseria y de los miserables
De las ausencias breves y las definitivas
Mario Benedetti
Una vez más, así como lo hicimos en ese histórico momento en 2018, volvimos a hacer campaña a ras de la gente, promoviendo el voto casa a casa, tocando puertas, tocando corazones. Para mí, y para muchos compañeros de lucha, es un timbre de orgullo haber acompañado a muchas y muchos mexicanos cuando se alzaron contra el desafuero; haber sido miembro del Gobierno Legítimo de México de 2006 cuando tenía 16 años de edad; así como militante fundador y primer presidente de Morena Colima en 2013; en suma, haber luchado siempre a favor de la justicia, la igualdad y los ideales y principios de nuestro partido-movimiento: no mentir, no robar, y no traicionar al pueblo de México.
La construcción de este movimiento no ha sido sencilla, pues nos dimos a la tarea de crear la revolución de las consciencias, de organizarnos territorialmente y de recorrer casa a casa entregando nuestro periódico Regeneración. Cuando recorremos las calles, no solo tocamos puertas e informamos a la gente, también tocamos el corazón de cada una de las personas que quieren la transformación, pues ellas son el motor mismo de este proceso de cambio.
La gran fiesta democrática del 2018 fue gracias al masivo apoyo popular en la elección de 2018. Aún recuerdo ese día entre las tensiones y el ajetreo, pero también entre la alegría y la esperanza que vivimos todos quienes queríamos dejar atrás años de saqueo, autoritarismo y corrupción. Fue, sin duda, uno de los días más importantes de mi vida y seguramente también lo fue para muchos que soñamos y luchamos durante años por un país más justo y digno.
La victoria popular no sólo fue resultado del hartazgo que existía en el país después de la larga noche neoliberal de 36 años de injusticias, corrupción y saqueo, sino también, producto de la lucha que hicieron muchas y muchos mexicanos por vivir en un país mejor, sin corrupción, sin autoritarismo; de luchas sociales que iniciaron desde el movimiento ferrocarrilero en los años cincuentas, pasando por el movimiento estudiantil del 68 y 71, el frente democrático nacional del 88, el movimiento zapatista del 94, el desafuero de 2005, el fraude de 2006 y 2012 hasta Ayotzinapa en 2014. Muchos no lograron vivir para contar la victoria de 2018. A todos ellos los recordamos y honramos su memoria. Somos hijas e hijos de todas las luchas.
Vivimos al calor del trabajo militante y de la organización que realizamos y seguimos realizando todos los días miles de compañeros y compañeras a lo largo del país, trabajo de formación e información de casa por casa, comunidad por comunidad, municipio por municipio. Una de las partes que más disfruté de los recorridos en las comunidades fue encontrarme con fundadores del movimiento, con luchadores sociales de largo aliento, con personas que llevan años perteneciendo y luchando por un cambio verdadero y una revolución de las conciencias, como lo son muchos compañeros de lucha, y a quienes agradezco infinitamente el ser el motor de esta cuarta transformación.
Estamos muy conscientes del proceso histórico que estamos viviendo, no tengan duda de que vamos a estar a la altura de las circunstancias, defendiendo el proyecto de nación en favor de los y las más pobres que encabeza nuestro líder moral. Un proyecto que prioriza el bienestar de las grandes mayorías, de los vulnerables y quienes fueron invisibilidades por el sistema.
Un proyecto que lucha por garantizar justicia y auténtica democracia, que combate la corrupción, la impunidad y el influyentismo como nunca se había hecho; y que garantiza la libertad de presa y de expresión, la diversidad sexual, ideológica y religiosa.
Por eso, agradezco profundamente a todas y a todos los compañeros que me acompañaron a lo largo de esta campaña de esperanza, de alegría, a los militantes, simpatizantes, amigos entrañables, familiares, representantes populares, y a las millones de personas que con nobleza, honestidad y esperanza construyen una Patria distinta. A ellos, les agradezco de todo corazón, infinitas gracias.
Seguiremos construyendo esperanza, caminando juntos en la consolidación de la Cuarta Transformación en Colima. Ya pronto vendrá la victoria de lo colectivo y de la gente, venceremos democrática y pacíficamente al viejo régimen de corrupción e injusticias. Y aquí seguiremos, en pie de lucha, por esta senda de la transformación, defendiendo la alegría y la esperanza.