Las madres: ¿símbolo de desigualdad?
Por Caty Suárez*
Se dice que el día de las madres instituido en México – 10 de mayo – fue ocurrencia del director de Excélsior por allá en 1922 como respuesta conservadora al movimiento feminista que había estado tomando una fuerza muy importante desde 1916 que se celebró el Primer congreso feminista en Yucatán donde participaron 620 mujeres, y destacaron: el Concepto de igualdad jurídica de las mujeres a los hombres, la emancipación de las mujeres a los 21 años de edad, el divorcio absoluto así como abrir el espacio del trabajo a las mujeres en la administración pública y en la educación normal, y con ello propiciar la educación superior.
Es decir, fue producto de un acuerdo entre medios de comunicación masivos, la iglesia católica y el gobierno federal a través de instancias como la Secretaría de Educación pública, de tal manera que, a partir de esa fecha festejaron y reforzaron el rol de Ser madre por naturaleza, por mandato de Dios y por mandato social: buena, abnegada y sufrida. Fuimos parte de los festivales escolares con bailables, poesía y música enfocada hacia esa figura etérea y casisanta; es decir, se construyó un discurso que además, las hacía responsables de la permanencia del matrimonio, de renovar el ámbito familiar y de difundir la forma de vida católica en los hogares.
Repensemos en la urgencia de cambiar esos roles en la familia considerando el hogar como un espacio permanente de negociación igualitaria entre los géneros, donde se mantenga un espacio de libertad y respeto entre todas y todos.
*Caty Suárez es Profesora Investigadora de TC jubilada de la Universidad de Colima, participó en la defensa de los derechos de las y los trabajadores universitarios. Actualmente es Consejera Estatal de Morena en Colima, partido del que también es fundadora.