Retrospectiva
Columna: El despertador
Por Oscar Donato
Nos encontramos en el comienzo de las candidaturas de las próximas elecciones más grandes de la historia en nuestro país. Gubernaturas, diputaciones, alcaldías y hasta una senaduría, serán elegidas. La efervescencia del ambiente político comienza a filtrar a los ciudadanos, quienes, a la fecha se preguntan, cuál será la mejor opción para otorgar su voto de confianza. La disputa interna entre los propios partidos por obtener el poder ha disparado una serie de ataques que a nadie conviene. Mientras que el movimiento morenista sigue aprendiendo a manejarse como partido político. Observamos la molestia de muchos de sus seguidores por algunas de las decisiones que han tomado sus dirigentes. El asunto no es menor, toda vez que ha incentivado la inseguridad de lo que pueda ocurrir el 6 de junio en las votaciones. ¿Cuánto nos costara el aprendizaje? Esperemos que sea menos de lo pensado.
Por otro lado, la oposición derechista integrada por PRIANPRD y el grupo de empresarios de la élite mexicana, aprovecha las discrepancias para posicionarse en la opción del electorado. Con sus ya conocidas características de difamación y engaños, usan su gran infraestructura de medios de comunicación para golpear a la coalición Juntos Haremos Historia, encabezado por Morena. Ante el implacable bombardeo sistemático, muchos de los ciudadanos se quedan con más dudas de las que tenían al iniciar este proceso de elección.
Por ello, es de sentido común hacer una retrospectiva de la situación del país cuando el Prianismo nos gobernaba: endeudamiento público, privatización de los recursos naturales, el inicio de una guerra que ha causado miles de muertes y desapariciones, que hasta la fecha no se puede parar. La desigualdad económica creció abismalmente, donde unos tienen mucho, y otros, apenas si les alcanza para subsistir. Hacer memoria. Es tiempo de ratificar el cambio que México estaba esperando desde hacía décadas, cansado de tanta… corrupción. De demostrar la congruencia y no permitir que regresen los malos gobiernos del pasado, como si se padeciera de una amnesia crónica de la que no podemos despertar… de que no se nos vuelva a engañar de la forma tan cobarde como lo hicieron.
Nadie dijo que la lucha sería fácil, si bien el movimiento morenista ha cometido errores en la forma de elegir ciertos cargos para la elección de sus candidatos, también lo es que, pese a no simpatizar con algunos de ellos, debemos respaldar el movimiento en su conjunto. En necesario volver a tener la mayoría en las cámaras de senadores y diputados para lograr consolidar la 4ta. Transformación. Los procesos de lucha se siguen, continúan, aunque en el camino nos topemos con algunas fallas. Mientras permanezca la idea intacta del proyecto de transformación del país, debemos mantenernos unidos, caminar hacia adelante. Luchar por que se sigan llevando a cabo los planes nacionales.
La perfección en los seres humanos no existe. El movimiento transformador tendrá sus tropiezos. Pese a ello, meter todo al mismo bolsillo resulta arriesgado. Nos llevaría a devolver el poder a esos que nos han mantenido en la pobreza, la corrupción y el privilegio de unos cuantos. Sobre todo, el riesgo de regresarnos al lugar del que constó tanto tiempo salir. Por mucho que simpaticemos con un candidato derechista, no deja de ser uno de ese grupo que desea, bajo la retórica de que sólo ellos pueden dirigir el país, a engañarnos de nuevo. Como si no se les hubiese dado oportunidad de gobernar desde época del porfirismo y causado tanta miseria. ¿En verdad deseamos regresar al pasado del Prianismo? Creer a la oposición que Morena es igual que ellos, es no querer quitarse la venda de los ojos. La autocrítica es importante, la evaluación de la realidad resulta abstracta, difícil. Sólo el sentido común nos sacará o nos meterá en el pantano de nuevo. En realidad, por ahora no cabe la comparativa, el movimiento morenista pese a equivocaciones, ni siquiera ha implantado la primera etapa del proceso de transformación, no obstante, ya se sienten los cambios. —El aumento del salario mínimo, el pago de impuestos de la élite empresarial que no pagaba como era debido, los proyectos de Bienestar, la construcción de hospitales, etcétera. Cosechar no será tan temprano, llevábamos décadas en el saqueo, restaurarlo nos tomará tiempo, pero ya ha comenzado.
Por todo, nunca como ahora los mexicanos estaremos en la prueba política más importante de nuestra historia. ¿La ratificación del proyecto de transformación o la deserción? ¿La congruencia a ratificar nuestra decisión en el 2018 o la incongruencia a regresar a los gobiernos del pasado? Estos sin duda son los valores que debemos tener en preminencia a la hora decidir nuestro voto. El futuro está en nuestra manos, depende de nosotros defender lo que llevó décadas alcanzar. ¿Dejaras a otro que por ti decida, o te atreverás a defender la lucha y votar?