Los instrumentos de la oligarquía política aceda colimense
Textos al minuto
Por Jesús Jiménez
Un nuevo escándalo político salió a flote hace unas horas en la también muy cuestionada Comisión Estatal de los derechos humanos de Colima, Institución que no ha podido ser buena al servicio de los ciudadanos afectados por diversas actuaciones de quienes están al frente de otras instituciones.
Hace unos días gracias a la compraventa en que se mueven y/u ofrecen algunos legisladores y legisladoras, se dio el agandalle brutal en la apropiación por un individuo de dicha comisión, el abogado Roberto Ramírez, de quien piden su renuncia, por ilegalidad, del cargo.
Y ésta apropiación por intereses facciosos de la que debiera ser una institución acreditada, confiable, objetiva en la defensa de los Derechos Humanos; fue posible gracias a la complicidad, al contubernio, a la relación mafiosa de la que forman parte los personeros patriarcas omnipotentes del Movimiento Ciudadano, que son el propio alcalde colimense Locho Moran y la representación de esta concesión de negocios en el Congreso del Estado, al unir gustosa sus incondicionales votos a la pandilla mayoritaria que regentea, para sus oscuros intereses, la representación del pueblo colimense, es decir, el Congreso.
El otrora vociferante y hoy patriarca del MC en su segunda temporada como alcalde capitalino ha guardado un vergonzoso comportamiento, plegandose absolutamente a los intereses del establishments político colimense, siendo incapaz de fijar posicionamiento crítico alguno contra el avasallamiento perpetrado contra el mismo Congreso para abrir cauces a la corrupción.
Los diputados o personajes políticos que hoy conforman el Tumor, tiene la piel delicada, y no les gusta que se les llame deshonestos, traidores, o mercancía de compraventa, pero como dicen los clásicos, el que expone, se expone y lo que han expuesto con su conducta los diputados de compraventa y el enmudecido alcalde capitalino, es una clara deshonestidad política moral y ética.