Participación Ambiental
Flujo de ideas
Por Carlos Ponce de León
La participación ciudadana es el cimiento sobre el que se construye una verdadera democracia. Pero no solo en las urnas es donde se expresa la participación social, también se expresa cuando se denuncia un delito, cuando se le señala a un político corrupto sus crímenes y cuando se defiende el ambiente en que vivimos.
Mi enfoque será sobre esto último, ya que como he mencionado en una vez anterior, mucho se está hablando de campañas políticas, COVID-19, inseguridad, etc. Cosas que son muy importantes por su puesto, y tienen un efecto inmediato en nosotros, pero se deja en segundo o tercer plano los temas ambientales, lo que se va construyendo a mediano y largo plazo, es algo que se ignora hasta que ocurre un problema importante que se medio atiende, se entierra y se vuelve a olvidar.
Es aquí donde actúa la participación social, comúnmente en forma de grupos organizados, asociaciones civiles colimenses que se encargan de cuidar nuestro ambiente y de atraer más personas a esta causa. Grupos como Ola Verde, Agua para Colima, Bios Iguana y Verde Colima, por mencionar algunos, se centran en buscar que Colima sea un mejor lugar en temas ambientales. Ellos han realizado actividades de concientización entre la población ofreciendo talleres, programas de concientización, realizando limpieza de ríos, armando proyectos para cuidar áreas importantes y en algunos casos exigiendo directamente a los servidores públicos participar en la protección del ambiente colimense.
Personalmente, participé en un Capitulo Estudiantil de Hidráulica mientras estaba en la Universidad, la intención de este grupo era formar una consciencia del agua entre estudiantes de ingeniería civil y una de las actividades que más destacó en su momento fue la de limpieza de ríos, en estos recorridos los asistentes pudimos constatar el impacto que tiene la población sobre los cuerpos de agua, en un tramo de 100 metros pudimos sacar varias bolsas grandes de basura, donde encontrábamos de todo, piezas de televisiones, ropa, botellas, sombrillas y zapatos; lo más impactante que llegamos a ver es a gente viviendo en casas improvisadas en el margen del arroyo Manrique a 30 metros del cruce con Los Regalado.
Este tipo de interacciones, estos acercamientos al problema nos hacen darnos cuenta de su existencia y que debe hacerse algo, ahí radica la importancia de la concientización y atraer la atención de la gente. Esto último es muy importante y lo más complicado, llamar la atención de la gente, lograr que se acerque y participe.
Desafortunadamente el gobierno no es capaz de hacer todo por sí mismo, los órganos que se encargan del cuidado del agua y del ambiente no siempre tienen la suficiente capacidad técnica y económica (a veces la voluntad) para cumplir con el 100% de sus funciones, por ejemplo SEMARNAT no tiene la capacidad para supervisar todo el país en busca de infractores, así como la Comisión Estatal del Agua o CIAPACOV no tienen la capacidad para identificar a todos los particulares que descargan aguas residuales a los arroyos y el río Colima. Ahí es donde las organizaciones civiles juegan un papel importante trabajando en conjunto con el gobierno, diciéndole “oye, mira ahí” y juntos encontrando soluciones al problema.
Es a través de la participación social que nuestro país ha ido cambiando, se ha dado visibilidad a grupos ignorados y a hechos que quieren ser enterrados, se han cambiado las leyes para beneficiar a quien fuere marginado y se han promovido amparos para buscar una política energética renovable.
Aun así, existe mucha apatía por parte de algunas personas, en parte por la sensación de que nuestras acciones no generarán un cambio y le son irrelevantes a quienes dirigen el país. Si nos unimos y exigimos la conservación y mejora del ambiente podemos lograr grandes cambios, juntos es como impulsaremos un desarrollo sustentable.