De santuarios y áreas protegidas

Flujo de ideas

Por Carlos Ponce de León

El viernes pasado el Gobernador del estado firmó un decreto para declarar al Parque Ecológico La Campana como un Área Natural Protegida y al Parque Galván como un Área de Valor Ambiental.

La creación de este tipo de áreas es muy positiva, ya que permiten conservar especies de flora y fauna nativas y migratorias, proteger ecosistemas además de que fomentan el acercamiento de la población a la naturaleza.

Sitios como la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán permiten que especies amenazadas tengan una oportunidad de prosperar, como es el caso del jaguar, donde se tienen sistemas de seguimiento para monitorear la salud y reproducción de este animal, además es en este tipo de sitios donde se puede realizar la reinserción de especies que han estado en cautiverio.

Colima ya cuenta con áreas naturales de valor federal e internacional. A nivel federal cuenta con dos áreas naturales propias (El Jabalí y Las Huertas) y dos compartidas (la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán y el Parque Nacional Nevado de Colima).

Por otro lado, tenemos a 3 sitios Ramsar en nuestro estado (Reserva de la Biósfera Archipielago de Revillagigedo, el Santuario Playa Boca de Apiza – El Chupadero – El Tecuanillo, y los vasos III y IV de la Laguna de Cuyutlán), estos sitios Ramsar son humedales que por su riqueza de especies de flora y fauna (que muchas veces migra entre países) son de importancia internacional por su carácter único o por tener especies amenazadas.

La relación de la población de Colima ha sido buena, cada año muchas familias suben al Nevado aprovechando las pocas ocasiones en las que tiene nieve o hielo y aprovechan un momento para convivir en familia; en la Sierra de Manantlán, concretamente en El Terreno, se celebra cada año la Feria Regional del Hongo donde mucha gente acude para conocer el lugar y consumir los productos de la comunidad; en el área de El Jabalí se encuentra la laguna de La María, un sitio turístico muy frecuentado sobre todo cuando se quiere escapar del calor y el bullicio de la ciudad; además en la Laguna de Cuyutlán se encuentra la producción salinera más importante del estado.

A veces se presentan eventos perjudiciales para estas áreas protegidas, principalmente por la incapacidad de la autoridad de supervisar constantemente estas áreas. Por ejemplo, hace dos años una sociedad de salineros presentó una Manifestación de Impacto Ambiental (requisito para realizar un proyecto que incluye las medidas de mitigación para los impactos que tendría el mismo) para habilitar un bordo en la una zona del vaso III de la laguna de Cuyutlán y proteger sus áreas de producción, resulta que para el momento en que presentaron la MIA a la autoridad, el proyecto estaba casi por terminar.

En el mismo vaso lacustre hubo acusaciones de que debido a las obras relacionadas con la planta termoeléctrica, se debilitaron los mangles aledaños propiciando su muerte, además se tiene en proyecto ampliar el puerto de Manzanillo en el vaso II de Cuyutlán, acercando más la industria al vaso III.

Las Asociaciones Civiles juegan un papel importante en la protección de este tipo de sitios, ya que fungen como observadores de las condiciones ambientales y alzan la voz al presenciar algo irregular, cubriendo los huecos dejados por el gobierno, aunque no siempre son escuchadas y en ocasiones son objetos de intimidación.

Volviendo al nombramiento de las dos áreas naturales protegidas estatales, queda pendiente leer los decretos con los que se asignaron, conocer la justificación de cada uno y los términos en los que serán protegidos, por ejemplo, en la práctica, La Campana ha sido por muchos años un área protegida por la presencia de vestigios prehispánicos, por eso se canceló un fraccionamiento ahí y por eso el Tecnológico de Colima ha tenido que amontonar sus instalaciones al frente de su terreno, ¿qué diferencia habrá con este nuevo nombramiento? ¿Se seguirá explorando por vestigios? Sí se encontrarán nuevos sitios arqueológicos, ¿podrían explotarse?

Esperemos que pronto salgan los detalles de este nombramiento, que en esencia es algo bueno, encapsular un área no impactada y propiciar su conservación acercando a la población, esperemos también que el gobierno estatal tenga la capacidad técnica y el presupuesto para conservar estas áreas, ojalá no sea necesario depender de participaciones federales o de un nuevo crédito.

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