¡Leven anclas!
Por Irving Alcázar*
Columna: Desde la Costa
El proceso electoral 2020-2021 ha comenzado este mes de septiembre de manera oficial; de acuerdo con datos oficiales del Instituto Nacional Electoral se tratará de la elección más grande de la historia de nuestro país por distintas razones. Los casi 95 millones de mexicanos inscritos en la lista nominal han de elegir a poco más de 21 mil funcionarios públicos de los tres órdenes de gobierno, incluidas 15 gubernaturas, lo que sin duda hace mucho más interesante el evento.
Desde las precampañas presidenciales de finales de 2017 el bombardeo mediático no ha cesado ni remotamente, esto desde ninguna parte del espectro político, ni mucho menos por parte del gobierno y el presidente. Por un lado, los actores políticos de oposición, que dicho sea de paso andan como desquiciados, saben que el año que viene es clave, pues si no es en 2021, difícilmente será en 2024; como dijo el presidente: “están moralmente derrotados”, lo saben bien, por eso el cañoneo en los medios.
Por otro lado, de lo que todo mundo habla es de Morena, que sigue empantanado en su proceso interno. Las pugnas entre las distintas tribus que conforman el partido mayoritario cada vez se hacen más evidentes, éstas en su afán de agandallárselo pareciera que lo están destruyendo, esto dicho de la forma más pragmática posible. Personalmente, considero que el presidente se equivoca al no querer meter las manos en el proceso, porque más allá de ser su principal fundador, se trata del líder moral tanto del movimiento como de toda una corriente ideológica: “El Obradorismo”. Por eso mismo, debe poner orden.
Dicho todo esto a manera de contexto, viene a la mente la interrogante: ¿Qué sucede en Colima? Colima es un estado muy importante a nivel nacional, muy a pesar de ser poco poblado y no tan extenso. Si bien es cierto que, en Colima, nunca ha habido alternancia partidista a nivel estatal, sus alcaldías han tenido ya varias alternancias, el PRI, el PAN, Morena, Movimiento Ciudadano y hasta el PRD han tenido la oportunidad de gobernar a nivel municipal, por lo que coloquialmente se podría decir que en nuestro estado ya se han probado de todos los moles.
Aunque Colima capital sigue siendo clave en esta contienda, la joya de la corona es Manzanillo, quien gobierna Manzanillo no sólo obtiene más poder, sino que acapara todos los reflectores y gana notoriedad, es la plataforma que todo político desea. Se trata del municipio más poblado, más extenso, y más importante del estado en todos los sentidos. Por todo lo anterior es que gobernar Manzanillo es también todo un reto, ya que guarda problemas añejos resultado, entre otras cosas, de más de treinta años de malos gobiernos, de un crecimiento poblacional desmedido y sin planeación y de un puerto que no ha sabido armonizarse con la mancha urbana.
En este entendido muy a pesar del reto que representa Manzanillo, los beneficios siguen siendo mayúsculos, no causa sorpresa entonces que, tal y como lo describió la misma alcaldesa Griselda Martínez: “últimamente hemos podido observar todo tipo de pasarela politiquera”, de todos los colores y sabores los hemos tenido aquí, increpando, haciendo solicitudes, entregando despensas, grabando videos, alborotando a la gente, haciendo promesas y dándoles falsas esperanzas, ahora sí que “de pronto les entró el amor por Manzanillo”. Ahí van algunos ejemplos:
En Manzanillo tenemos políticos añejos que todo mundo conoce, de esos que envejecen como la leche, ellos son Virgilio Mendoza y Gabriela Benavides, ambos representan el cinismo hecho persona. Confiados (¿o no tanto?) en que Morena los oxigene en la próxima contienda afianzando la tan soñada coalición no han dejado de promocionarse con lo que mejor saben hacer, entregando migajas al pueblo, tales como láminas, tinacos, cemento, despensas y artículos de limpieza. Uno pensaría que mejor les convendría poner una ferretería, ¿no?
Páginas paleras en Facebook, simulan y tratan de posicionar a Virgilio diciendo que el encabeza las preferencias electorales para la elección de Gobernador, cuando en los ejercicios realizados por encuestadoras serias, como Massive Caller y El Financiero, ambas con presencia nacional, ni siquiera figura. Pero, vamos, no hay que quitarle el impulso a la iguana verde mayor, si él va tan bien como dice, entonces no necesita a Morena para poder llegar a la gubernatura; pero sabe que no es así.
Además, en un intento desesperado por darle un poco de frescura al Partido Verde Ecologista de México, hemos visto a la juventud verde en acción realizando, lo que Gaby y Virgilio mejor saben hacer: repartir migajas y tomarse muchas fotos. Esos jóvenes son carentes de convicción, con mucho dinero y dispuestos a ser serviles a los que serán sus padrinos políticos toda la vida. Si las intenciones de esos jóvenes realmente son sentidas y reales, que sepan que no van a poder deslindarse de ellos nunca, y que mejor les valdría ser independientes a tener que abanderarse en uno de los partidos satélite más representativos de México.
En este mismo marco, también tenemos a Carlos Olivar quien al no encontrar cobijo político en otras instancias de Morena ha decidido irse bajo las faldas de Claudia Yáñez para ser su títere y que así ella pueda usar su imagen. Carlos simula ser el típico intento de político joven y “buenaondita” que viene en un empaque fresco y nuevo. Lo cierto es que además de tener mucho dinero, tiene un rotundo desconocimiento en los principios más fundamentales de la administración pública. Lo que él necesita es poner los pies en la tierra y preguntarse si efectivamente ésta es la forma en la que quiere empezar su carrera política.
Ejemplos así hay para aventar, están Rafael Mendoza, Claudia Yáñez, Audiel González, Paco Rodríguez, Oscar Ávalos sólo por mencionar a otros políticos a quienes ya hemos visto hasta en la sopa últimamente. La realidad afortunadamente es otra, Massive Caller, en su encuesta más reciente arroja que en estos días, si se realizara la elección en Manzanillo y la alcaldesa quisiera reelegirse, ella ganaría con casi el 30 % de los votos, además Morena en el municipio tiene una preferencia bruta del 34 %. Teniendo en cuenta que la edil ganó sólo con un margen del 24 %, son resultados que dejan un muy buen sabor de boca.
No olvidemos que las elecciones ya están a la vuelta de la esquina, y aunque aún no oficialmente, ya estamos en plena campaña; en Colima se eligen las 10 alcaldías, 16 diputaciones locales, 2 diputaciones federales y el Gobierno del Estado, y por más dinero que los que ya se creen candidatos inviertan en ello, que no olviden que es la gente quien tiene la última palabra y que les puede caer un balde de realidad a todos en cualquier momento. Tonto aquel que crea que el pueblo es tonto.
*Irving Alcázar es Licenciado en Comercio Exterior por la Universidad de Colima. Twitter: @uyotrogei