Poder moral: juicio a expresidentes
Por Alan Soto García
El poder que se obtiene de la moral es uno de los poderes que no se ganan con candidaturas, que no se compran, que no se intercambian, es el poder que no se puede quitar ni heredar.
El poder moral al igual que la virtud, reviste al hombre/mujer de una fuerza invisible que solo es detectable cuando se ejerce, a diferencia del poder económico o el poder político, el poder moral no se puede cuantificar tan fácil y por ende hace difícil su estudio y su análisis.
Lxs hombres/mujeres que buscan el poder tienden a buscarlo en la política, en el dinero, en las religiones o en los medios de comunicación, pues es lo más atractivo para muchos y también es lo más comúnmente conocido ya que casi todos al escuchar la palabra “poder” piensan prontamente en los 4 antes mencionados, sin embargo, el poder moral, ese que no muchas veces es codiciado, es muy posiblemente el poder más poderoso de entre los demás.
El poder moral al igual que los otros cuatro, puede conseguir la imposición de la voluntad de quien lo ostenta por sobre la de los demás, pero mucho cuidado si no es usado con humildad pues este mismo empezará a escaparse en pequeñas o grandes cantidades según sea el caso y se convertirá en tu principal enemigo.
El poder moral es el poder más celoso de todos, este siempre acompañará al portador si este le es fiel en la misma medida.Esta fuerza invisible tiene la capacidad de convertir a mendigos en reyes y a reyes en mendigos.
Claro ejemplo son los expresidentes del periodo neoliberal, como Salinas, Cedillo, Fox, Calderón y Peña, estos obtuvieron el poder político a costa de todo, sin escrúpulos algunos, obtuvieron parte del poder económico y se sirvieron del poder mediático, pero una vez que el puesto les abandonó, volvieron enriquecidos a sus mansiones, pero sin el mismo poder que cuando eran portadores de la banda presidencial, esto debido a que llegaron al poder a costa de todo y cuando lo ostentaron se sirvieron de él hasta saciarse y llegar al derroche.
Posiblemente sabían de su gran impopularidad, pero no dimensionaron nunca lo caro que serían las facturas que el poder moral les cobraría una vez terminado su sexenio.
El poder moral no se fija en cuánto dinero o no tengas, si no le sirves y le eres infiel, en consecuencia te pondrá en el mismo paredón en el cual se encuentran hoy por hoy los expresidentes, que a pesar de sus fortunas amasadas a costa de los mexicanos no pueden recorrer con libertad las calles, no pueden deshacerse del miedo que les da el hecho de ir al cine y que la gente los señale, no pueden tomar un vuelo sin temor a que los enfrenten por algo.
El poder moral es justo y busca portadores que traigan el equilibrio de entre todos los poderes, y ese es el caso del presidente Andrés Manuel López Obrador.
No fue el dinero el que le dio el gane a Andrés Manuel ni su poder político, fue el poder moral el que lo mantuvo en la búsqueda de la presidencia y el que le consiguió el triunfo electoral, fue este quien le dio a su portador las riendas del poder político y las puso en sus manos, quién le dio una posición privilegiada ante el poder económico el cual se resiste a ser conquistado, y fue este mismo el que blindó a su portador de los ataques recibidos a través de los medios de comunicación.
Este poder moral a diferencia de otros puede cobijar y compartirse cuando se usa con la misma humildad, es por eso por lo que las y los morenistas pueden salir a la calle y pedir firmas para el juicio a expresidentes sin que nadie o muy pero muy pocos se opongan, es gracias a ese poder que quienes recolectan firmas pueden salir con su camisa de morena sin temor a que alguien les reproche algo o a que se limite la participación ciudadana.
Morena tiene la calidad moral para salir a la calle y pedir firmas gracias a que el presidente cobija al partido con su poder moral.
La oposición no puede salir a la calle a pedir apoyo de ningún tipo porque prontamente la población se avalancha contra ellos y les arremete ferozmente. Los opositores están tan derrotados que no pueden ni si quiera usar sus colores distintivos, por eso apelan al engaño, buscan conseguir adeptos para mantenerse en el juego y no extinguirse como otros ya lo han hecho.
La gran participación del pueblo de México ante la recolección de firmas es una pequeña muestra de lo que el poder moral es capaz de conseguir, debemos de respetar a este poder y estudiarle, pues hay que mantenerlo de nuestro lado, si se le cuida celosamente este poder puede acompañar a sus portadores por cientos de años, así como sigue acompañando a Lázaro Cárdenas.
Morena es el único partido en la actualidad que goza de calidad moral, pero no siempre puede ser así, aquellos que se mantengan bajo las estrictas reglas de la moral y no se dejen arrastrar por sus ambiciones personales seguirán siendo cobijados por la moral a pesar de que esta misma pueda abandonar al partido, pues como ya lo mencioné antes, es de los poderes más celosos y no abandonará a sus portadores pase lo que pase, siempre y cuando estas o estos tampoco le abandonen y para que eso no pase debemos siempre recordar que una de las maneras por las cuales se puede mantener el poder moral es por medio del interés común.
Si se mantiene el interes colectivo por encima de las ambiciones personales se podrá retener al poder, solo así se mantendrá el poder suficiente que se requiere para seguir transformando al país.