Por amor a Manzanillo y a contracorriente, parte I.

Por el L.C.E. Irving Alcázar

Columna Desde la Costa

“No convirtamos hoy en salvadores a quienes realmente fueron nuestros verdugos”. Griselda Martínez Martínez

Manzanillo se ha posicionado hasta hoy como el municipio más importante del estado, en consecuencia, se esperaría que el Gobierno estatal pusiera especial atención hacia este lado de la costa; no es, ni ha sido así, o por lo menos no para bien. Sin embargo, (des) afortunadamente hay quienes sí lo han entendido de esta forma, de ahí el, sin duda legítimo, interés de gobernar este cachito de tierra por algunos personajes políticos.

Las pugnas por el poder local han existido desde siempre, pero no eran tan notorias, tal vez porque nunca se había dado la alternancia partidista en el municipio, y bueno es bien sabido que una regla de oro y, a mi parecer, un tanto ortodoxa de los priístas es nunca criticar los errores o desaciertos de su antecesor, lo que guardaba sus opiniones en el sarcófago de su silencio. Todo esto mostró una aparente estabilidad política, durante muchos años.

Con el boom que se dio en cuanto al desarrollo portuario y por consiguiente demográfico, llegó la alternancia; en 1997, por primera vez el Partido Acción Nacional había ganado la presidencia municipal de Manzanillo, Martha Leticia Sosa Govea, se había convertido no sólo en la presidenta de la alternancia, sino que, en la primera mujer a la cabeza del ayuntamiento, y ese hecho, por sí solo ya es histórico.

Muy a pesar de las diferencias ideológicas que guardo con Martha Sosa, siempre voy a reconocer que le tocó ser Presidenta Municipal en una coyuntura complicada y es que, si ya de por sí era más difícil en ese entonces ser mujer en la política, más complicado le fue aún por provenir de un partido que representaba, o por lo menos simulaba representar, a la oposición.

Hay que decirlo, las mujeres aún son menospreciadas en la política, desde tacharlas de ineptas e ineficientes, hasta etiquetarlas como inestables, problemáticas y peleoneras; todo esto le hizo a Martha ganarse el apodo despectivo de “la princesita valiente”, ejemplo claro del machismo en la clase política de ese entonces. Otras no pecaron de ingenuas y se la viven a la sombra de sus padrinos políticos, cenando cómodamente en la Ciudad de México, pero esa es otra historia.

Con la llegada del panismo al puerto de Manzanillo, la vida política entró en efervescencia y las pugnas de las que hablaba al inicio se hicieron más evidentes, el palacio municipal cambió de colores varías veces, pero siempre turnado entre dos personajes bien conocidos: Nabor Ochoa y Virgilio Mendoza.

Ahí nos dimos cuenta de que algunas personas tienen poderes camaleónicos y cambian de color. Algunos que nacieron azules se hicieron rojos, otros nacieron rojos, se hicieron azules, luego verdes y ahora andan queriendo ser de tonalidad guinda a cualquier co$to, pobres ilusos.

Aunque en el pasado no las tuvieron, hay quienes dicen hoy tener las soluciones a todos los problemas, cuestionan de manera cínica, demandan resultados inmediatos, pero es importante recordar y seguir diciendo cuantas veces sean necesarias: sólo dos personas estuvieron a cargo del puerto en poco más de 15 años y ellos se encargaron de viciar la esencia de lo que significa ser un ayuntamiento; les prometo que de eso hablaré después. No cabe duda de que, guardando las debidas proporciones, así como a nivel nacional, Manzanillo vive su propia transformación.

Llegado ya el proceso electoral de 2018, se hizo notoria la falta de cuadros nuevos, los mismos personajes de siempre en la justa por el ayuntamiento una vez más y todos simulando estar a la cabeza de la carrera, lo que también evidenció el hartazgo de la gente para con unos personajes, pero paradójicamente demostró a la vez la resignación popular y la desesperanza en no ver pronto un cambio ya no sólo partidista, sino que, de personaje en el municipio; y fue así. Llegado el fin de los conteos preliminares, la reacción de todos era de asombro, no miento ni me quedó corto al decir que todos estábamos sorprendidos al ver que la compañera Griselda había conseguido el triunfo con el apoyo del pueblo. No sólo les había arrebatado el poder a los mismos personajes de siempre, sino que se había llegado al poder siendo abanderados por un partido con esencia de izquierda, histórico.

Griselda Martínez, se convirtió la tercera mujer en ser llevada a la presidencia municipal por elección popular, pero realmente fue la segunda en llegar, omitiendo a quien se prestó y se dejó manipular por sus padrinos tomando decisiones sin independencia. A título personal considero que cuando un político o política actúa de esta forma, sencillamente no merece ni ser mencionado, ya que pierde la naturaleza del ejercicio de la política.

Nadie dijo que gobernar fuera fácil, y menos cuando tienes un margen de ganancia de apenas el 5 % con respecto al segundo lugar, 4 mil votos de diferencia te hacen darte una idea que se tenía que hacer un trabajo titánico.

Fácil no ha sido, trabajar con parte del personal del ayuntamiento en tu contra, con un sindicato que se debe a otros actores políticos, regidores de tu misma planilla traicionándote por unos cuantos pesos, medios pagados a favor de otros, un Gobierno del Estado ausente sin ánimos de trabajar en equipo, y gente de tu mismo movimiento atacando constantemente, esto ha hecho que el ejercicio del poder en Manzanillo se convirtiera en un deporte extremo. Sin mencionar el atentado contra la vida de la alcaldesa.

Ni todo lo anterior ha sido suficiente para que se evitara dar resultados a la ciudadanía y ganar simpatías, sin duda hay una nueva forma de hacer gobierno en Manzanillo y debemos acostumbrarnos porque además así está consagrado en la constitución. Obras en beneficio de la ciudad, sin contratar deuda, hacen que sea más complicado, más no imposible, conectar con la gente; mal habituados estábamos al dejar que compraran nuestro silencio o fingida simpatía por una despensa o unos cuantos pesos al mes. Continuará…

Posdatas:

1.- Hernán ha dejado al descubierto muchas cosas en Manzanillo, como la rampante corrupción en administraciones locales pasadas y en el actual gobierno del estado, pero también es una prueba para esta administración. Yo sí estoy muy de acuerdo en que hay que señalar culpables, pero a la vez hay darle soluciones inmediatas a la gente dadas las circunstancias actuales, quienes en su entendible desesperación por haberlo perdido todo pueden cegarse y no entender de razones. Tal es el caso de los vecinos de las colonias Miravalle 1 y 2; bien por la presidenta al ofrecer a ser el enlace institucional además de apoyo jurídico, habrá que estar pendiente a que haya una pronta solución y castigo a los culpables, pero todo dependerá de la organización vecinal, sólo el pueblo unido y organizado puede salvar al pueblo.

2.- Más cañonazos amigos esta semana, ahora provenientes de Claudia Yáñez, en su nefasto comunicado al criticar la supuesta inacción del gobierno municipal de Manzanillo ante los estragos de Hernán y sobre como prevenirlos quien en su desesperado intento por apoderarse de Morena y la candidatura a la gubernatura, está destruyendo al movimiento. ¡Vamos bien Claudia!

Twitter: @uyotrogei