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Por la historiadora colimense Blanca Gutiérrez
El gobernador de Colima, José Ignacio Peralta Sánchez, en Manzanillo, presumió ante el presidente de la república su desconocimiento de la historia de México y, de paso, del estado que desgobierna.
En “la mañanera” del día de hoy el gobernador expresó: “este es el puerto por el que cruzó el presidente Benito Juárez en su liderazgo itinerante asumiendo la identidad de la república frente a las fuerzas invasoras del país”.
Con respeto, quiero recordarle al gobernador que, cuando el presidente Benito Juárez estuvo tanto en la capital del estado como en el puerto de Manzanillo, fue en el año de 1858, durante la llamada Guerra de Reforma, es decir, casi cinco años antes de que las tropas francesas ocuparan el territorio nacional.
En aquél entonces, Juárez NO asumió “la identidad de la república frente a las fuerzas invasoras del país”, como dijo el gobernador, sino la defensa de la Constitución liberal de 1857 frente a los principios retrógradas de fueros y privilegios que defendían los conservadores de entonces.
Otra acotación: José María Luis Mora nada tuvo que ver con la Constitución federal de 1824, como aseveró el día de hoy el gobernador. El teólogo guanajuatense ciertamente fue, años después, uno de los grandes exponentes y defensores del federalismo en México; sin embargo, en 1824 se pronunció por un poder Ejecutivo poderoso, que «tuviera la fuerza necesaria para hacer respetar en lo exterior y garantizar en lo interior las personas y bienes de los ciudadanos».
Por cierto, cuando Juárez estuvo en la capital del estado se instaló en una casona ubicada sobre la calle 5 de mayo; esa vieja casona, hoy, se encuentra en la más vergonzosa ruina y abandono. Como Colima.