Boceto de Lalo
Por Ángeles Márquez Gileta
Estos Renglones Caseros, son con el afán de compartirles mis utopías, propuestas políticas y culturales.
Dichos renglones hoy están dedicados a un gran amigo muy querido que hizo su último viaje
BOCETO DE LALO
H. Eduardo Carrillo Jiménez, nació el 30 de mayo de 1952, en Colima, Colima. Fue de estatura media de gran y muy franca sonrisa, siempre respetuoso, reservado en el trato para los demás. Poco, muy poco hablaba de sí mismo, no mencionaba jamás de los innumerables viajes que hizo por el mundo: China, India, Rusia, Checoslovaquia, Turquía, Grecia, Francia, España, Italia, Estados Unidos, Guatemala, Ecuador, Perú, Colombia, Cuba y otros países más.
Tampoco hablaba de sus amores, cuando los tenía; si los amó mucho o le daba lo mismo que estuvieran con él o un día se fueran sin más. Siempre fue de espíritu libertario, eso definió su vida. Su generosidad era una cualidad sobresaliente. Excelente cocinero de platillos internacionales, especialmente de la comida tailandesa, te entregaba las recetas igual que si estuviera leyéndote los versos de un poema.
Su casa fue un lugar totalmente abierto para todas sus amistades y para los amigos de sus amistades. Los últimos ocho años, principalmente los jueves, organizó distintas actividades desde; fiestas de cumpleaños, un cine club de autores clásicos. Luego esos mismos jueves los convirtió en cenas; ahí se discutían los asuntos más disímbolos y polémicos como: cual personaje era de izquierda y cual no lo era, como habían sido los gobiernos de los presidentes en los últimos 40 años en nuestro país; la necesidad de legislar pronto sobre la adopción de hijos por parejas homoparentales, los límites o bien la importancia del matrimonio gay. También se reflexionaba sobre por qué las izquierdas no crecían en nuestro país, ni hacían crecer a los movimientos feministas y de la diversidad, o dónde fue el origen del mezcal, igual se hablaba de asuntos frívolos como qué marcas de camisas o zapatos eran mejores o dónde estaba el vivero que ofrecía mejores precios en Colima.
Su formación intelectual empezó tempranamente en el Circulo de Estudio y Reflexión(CER), en 1969, donde fue partícipe de innumerables eventos culturales, junto con otros integrantes, como Max Mejía, Josefina Oseguera, Ángeles Márquez, Rafael Araiza, Ramón Ventura, Agustín Márquez, Hiram Núñez, Ma. Luisa Guzmán, Salvador Márquez, Arnoldo Vogel, Martha Vogel, Celina Oseguera, Heberth Sánchez, Miguel Ángel de la Mora y otros más.
Su postura de izquierda la inició en el Grupo Comunista Internacionalista (GCI) de filiación trotskista y luego prosiguió en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), donde se acercó al movimiento de la diversidad sexual y participó en una semana cultural, impartiendo talleres en el museo del Chopo, junto con otro activista, Ricardo Navarro, de la misma corriente trotskista y de la diversidad sexual.
Fue en dos o quizá tres ocasiones, parte del Comité Ejecutivo del Sindicato de Maestros de la Universidad Autónoma de Chapingo (UACH), en la cartera de Asuntos Culturales. En esta Universidad Agrónoma de Chapingo, laboró por aproximadamente 34 años, donde fue pionero en nuestro país de la materia de Género y Sexualidades, junto con la maestra Miriam Núñez. Además desempeñó en esa misma UACH, distintas tareas culturales, no solamente cuando estuvo en las carteras culturales, pues ahí organizaba por su cuenta cine-clubs, exposiciones de pintura y talleres de diversas temáticas culturales.
También en el ejercicio de su cargo como Secretario de Cultura del Comité Ejecutivo de ese sindicato, fue el responsable y promotor de que se realizará un hermoso mural, a cargo del pintor Alfredo Nieto, que está en el Centro Cultural El Ahuehuete en la UACH.
Un hombre de izquierda que supo escuchar incluso las voces conservadoras de sus amigos. Él sabía cuál era su tarea: un mundo mejor y en eso se empeñó, sin debates estériles, ni reclamando los reflectores para él. Su pasión fue por el arte y en esa pasión, se dio a la tarea de coleccionar artesanías, pinturas, grabados y objetos que traía de todas las partes del mundo que visitó, especialmente de Latinoamérica. Su casa es un recinto dedicado al arte, donde se puede gozar de hermosas pinturas, muebles, jarrones y donde en su comedor siempre hubo algún mantel precioso de Hidalgo, de Aguascalientes, de Ecuador o de Turquía. Hay estantes por toda su casa llenos de objetos como; juguetes artesanales, estatuillas, cajas pintadas a mano, libros de arte y una colección del mejor cine de arte.
Su gusto estético lo plasmó también en la casa que habitó; una casona tradicional colimense de finales del siglo XIX, que en sus orígenes fue muy grande, pues era una fábrica de cerillos y que adquirió de la familia Márquez Gileta, que la habitaron desde mediados del siglo XX hasta el 2002, fue una tienda de abarrotes llamada El Globo. Tiene espaciosos corredores, amplios patios, techos muy altos, característicos de esta ciudad, cubiertos de antiguas tejas de barro. Sus gruesos muros de adobe, fueron conservados y restaurados varias veces, fui testigo de ello, pues se dañaron en los sismos de: 1973, 1985 y por el de 2003, amén de otros anteriores a estas fechas mencionadas. Eduardo se dedicó con mucho afán, en ampliar, recuperar y hermosear ese lugar. Este espacio abrió siempre sus puertas a los eventos culturales, políticos y sociales de sus amigos. Ahí hubo desde proyecciones de cine, cenas, fiestas, alguna boda gay y reuniones culturales. También dio hospedaje a líderes de la Otra Campaña, a las personas que forman parte actualmente de organizaciones políticas como Paco Ignacio Taibo II, María Luisa Albores, Didier integrante destacado de la Cuarta Internacional.
Sus amigas no solamente fueron feministas, sino mujeres tradicionales que muchas veces acudían por algún consejo personal, o simplemente para gozar de una rica comida elaborada por él mismo, fue una manera muy suya de amar el cocinar para ti. Vivió siempre y decididamente como aliado del feminismo dónde es recordado como un hombre solidario, leal e incondicional a su movimiento, pudimos ahí acceder a las mejores revistas y libros sobre los feminismos y de tantos libros de literatura a los que nos acercó; Vasili Grossman, y Paulo Pasolini, sus favoritos.
Los medios económicos que le dieron la oportunidad de adquirir sus objetos artísticos los logró gracias a su trabajo y dedicación como maestro, pero también a su instinto de comerciante que lo heredó de sus padres y que, gracias a la amistad de un hombre muy importante en su vida, como lo fue Chano del Toro, que lo guio por los mercados artesanales del mundo, fue que posibilitó la formación de esta colección importante de arte y artesanías en Colima.
Hace casi seis años, le diagnosticaron un cáncer de pulmón. Su enfermedad la afrontó con mucha dignidad y fortaleza, lo que le permitió sobrevivir a esos casi seis años, cuando al principio unos médicos solamente le pronosticaban tres meses de vida. Este logro fue gracias al amor y cercanía de sus amigos y familiares que no lo soltaron al destino fatal, sino que lo estimularon a no rendirse ante la adversidad y con su carácter valiente y festivo juntos, dieron como resultado un hecho extraordinario: la vida y el bienestar de Lalo, por otros casi seis años más, los que vivió pleno y feliz al lado de sus amigos como: Miguel Á. Larios, Toño García, Miguel Á. Silva, Jorge García, Fernando Chávez, Rosa María González, Alonso Fernández, Chano del Toro, Hiram Núñez, Milisa Villaescusa, Ricardo Rivera , Jorge Velasco, Guti Márquez, Tina Nava, Iván Jacinto, Miguel Ángel de la Mora, Sigi Pablo, Maya Pineda, Ana Rosa García, Manuel Márquez, son los que se me vienen a la memoria, imposible mencionar a tantos y tantos amigos que rodeaban, a nuestro querido amigo.
Los doctores que lo conocieron y lo trataron medicamente; Freeman, Manuel González y Jesús Chavira, también tuvieron una relación de amistad y solidaridad, más allá de lo meramente profesional, pues le dieron las herramientas mentales y físicas para lograr su sobrevivencia y fueron otro grupo de amigos que se formó alrededor de él y que convivieron muchas veces en su casa, pues Lalo, agradecido y con su simpatía innata, también los cautivó.
Lalo murió -en mi corazón siempre vivirá-, después de una corta agonía, una gran y larga batalla contra el cáncer, el 21 de junio del 2020.
Para concluir, hago aquí míos unos versos que la escritora Guille Cuevas, nos hizo llegar para Lalo…
…Y no reclamo
ni a la muerte ni a la vida
porque en tu amistad gocé
tantos delites
y con ellos sigo aquí
en este tiempo aciago
celebrando el privilegio
de este fraternal amor…