Editorial: Locho y el espectáculo político
Primera Editorial
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Locho y el espectáculo político
El Presidente Municipal de Colima, Leoncio Morán Sánchez regresó al ojo de la escena política colimense entre gritos, chicharrones y un mitin político. Lo ocurrido este viernes 17 de abril en las afueras del Congreso del Estado, nos hizo recordar al Locho atado a la figura obscena.
El actual alcalde capitalino, quien parecía haber adoptado una imagen más cautelosa durante los últimos meses, dejando todos los reflectores a la presidenta del DIF municipal de Colima (su esposa Azucena López Legorreta), abandonó dicha cautela y volvió a ser aquel que se ataba a una estatua, que gritaba, que causaba polémica, pero, ¿cuál fue el motivo de ese silencio que mantuvo por todo este tiempo?
Resulta muy evidente que Locho Morán apostaba estar fuera de focos por un tiempo, para enterrar la imagen de busca pleitos que había construido desde la oposición y de esa manera, mostrarse (por tercera ocasión) como un candidato viable a la gubernatura del estado en 2021.
Incluso, en una actitud que podría calificarse de servil, se ha mostrado con el gobierno del Estado encabezado por Nacho Peralta como su principal aliado y desde luego, para el PRI-Gobierno, resulta un personaje cómodo en estos momentos, quien pudiera frenar la todavía fuerte ola de Morena, que, de acuerdo con múltiples encuestas, aún se mantiene en las preferencias de las y los colimenses.
Pero para Locho, no es fácil deshacerse de ese personaje polémico y “pleitero” que él mismo edificó. ¿Quién no recuerda el pleito que tuvo en la Cámara de diputados con el legislador federal Gerardo Fernández Noroña?, ¿o la tan polémica protesta cuando se ató a la figura obscena para que no la cambiaran de lugar? ¿o ese pleito en la calle con Martín Flores en el que les pidió a sus acompañantes que lo grabaran para demostrar lo “valiente” que es?
Pues ahora esta imagen le estorba para sus aspiraciones a la gubernatura, ya que necesitaba mostrarse con un semblante más conciliador, una imagen que demuestre que puede ser ese hombre de estado capaz de generar acuerdos y que tiene la seriedad para gobernar.
Pero estos últimos días en la contingencia sanitaria por el Covid19, pareciera que vuelve al ring de boxeo, peleando con diputados locales, con el gobierno federal y hasta con quienes se oponen al cierre de la procesadora municipal de carne, a quienes se atreve a decirles “tú ni eres de Colima, cuando sea gobernador te atiendo”.
Durante su mitin político en las afueras del Congreso del Estado, (en el que, dicho sea de paso, provocó aglutinamientos sin medidas sanitarias), habló más de las acciones de su administración que del tema principal por el que fue llamado a comparecer.
En un acto de rebeldía y nada cauto, decidió no comparecer, faltando así al marco jurídico de nuestro estado, con el único argumento de acusar que dicha comparecencia carecía de fundamento, además de repetir lo que ya lleva tiempo diciendo: me atacan porque soy un candidato fuerte para la gubernatura. Tenemos de vuelta al Locho del arrebato y el show.
Nada más recordar el papelón que hizo al adelantarse al cierre de negocios en su municipio durante esta emergencia sanitaria, en su afán de figurar políticamente y contraviniendo las medidas del Gobierno Federal, que aún no había anunciado la entrada a esa fase de la contingencia. Con ello, Locho afectó la economía popular más de la cuenta de lo que de por sí ya están padeciendo las familias.
Luego de ver su error, se vio obligado a decir que “siempre no”, pero para ello ya era demasiado tarde, pues ahora sí, desde el gobierno federal ya habían dado las indicaciones para que temporalmente se cerraran negocios con actividades no esenciales.
Esa postura le ha restado puntos, porque por un lado quedó mal parado con una ciudadanía que respeta y apoya en una gran mayoría al Gobierno de López Obrador y que quiere ver en Locho a un alcalde y no a un show man. Por otra parte, también queda mal con quienes resultan ser sus aliados en este momento, como el Gobernador Nacho Peralta y los líderes del PRI local, al debilitarse esa imagen del Locho conciliador, sereno y amigable.
La competencia por la gubernatura recién inicia, aunque los golpeteos ya están a la orden del día y al parecer, se acaba de abrir una nueva arena de batalla con el choque que se avecina entre Locho Morán y el Congreso local, por ejemplo, con el tema de la procesadora de carne. Esta batalla sin duda alguna dará mucho tema para hablar, ¿qué nos deparará el futuro?