Viaje de las ideas: El reculón demagógico de Locho Morán
Por Juan José Gómez Santos
Como se han caracterizado los oportunistas gobernantes locales de Movimiento Ciudadano en el país, específicamente en Jalisco y los dos del estado de Colima, o sea Locho Morán; el oportunismo ha sido su definición, muy grave cuando se trata de la mayor adversidad en salud pública que enfrenta el país, como lo es el COVID-19, en que el sentido común, de la unidad y la unión de esfuerzos debería ser la constante, y no posiciones cismáticas o rebeldes de la línea institucional.
No ponderaron la unidad, y estos oportunistas, Enrique Alfaro en Jalisco, que se apoyó en un plan dizque científico y que se demostró que no funcionó, se adelantó al operativo, este sí científico, razonable, de responsabilidad social del gobierno federal; y aquí en Colima del impulsivo y contradictorio alcalde capitalino, Leoncio Morán Sánchez, que va de traspiés en traspiés equivocando todo sentido de vocación institucional y social.
Ambos personajes, salieron a la palestra engallados, dizque para adelantarse a esta que es la mayor adversidad en la salud nacional, es cierto; pero estos gandallas lo hicieron sobre la base del oportunismo, y no apoyados en la estrategia nacional operativa y científica que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador, apoyado en los que sí saben, es decir, en los expertos en epidemiología, investigadores y físico-matemáticos para analizar estadísticas y calcular la posible dispersión del mal.
Fue la suya, de estos dos que se dicen ciudadanos y no políticos – que lo son, de la vieja tradición de oportunistas- una actitud de demagogia y e irresponsabilidad, cuando quisieron madrugarle al gobierno federal en su despliegue nacional. Y ahora reculan, cuando los daños a causa de su desbocada y loca anticipación, son muy fuertes. Tanto que ahora claman porque se abran los comercios y dependencias institucionales o de servicios. O sea, van de tope en tope, topándose con la razón y hasta con el sentido común. Y que me perdonen los chivos y los borregos por esto de los topes que Locho y Alfaro se dan solos.
El ejemplo que tenemos más a la mano y con evidencias de sus desaciertos, es el del impulsivo alcalde capitalino, aquel que se lió a golpes, en frenética y vergonzante lucha con un oficial del orden público a propósito de la estatua de la creación del gran artista José Luis Cuevas. Y es que el impetuoso y poco sereno alcalde de Colima, criticó al gobierno federal, según él, que porque no se apoyaba los impactos económicos de la contingencia, cuando lo cierto fue que cinco días antes al demagogo pronunciamiento de Locho, el Congreso había recibido la propuesta ahora aprobada de un fondo de más de 180 mil millones de pesos para mitigar los efectos del COVID-19.
Carece de asesores o estos son muy malos -aunque se dice que no oye razones más que las que le dicta su cabecita- lo cierto es que sus acciones, primero desbordadas y luego erráticas, ponen en evidencia los traspiés tras traspiés. Uno de ellos la grave descoordinación de la línea política con los propios legisladores federales de Movimiento Ciudadano, y en este punto recordemos que en su perorata pública clamaba voz en cuello que dónde estaban los legisladores federales para que apoyaran la emergencia económica siendo que ya lo habían hecho, pero no los de su partido, MC, porque estos, que son 10, ¡no apoyaron el fondo de contingencia!, lo que le valió a Leoncio un fuerte cuestionamiento de la diputada federal Claudia Yáñez Centeno, que lo llamó incongruente.
Hace unas horas de que redacto este artículo, el presidente municipal de Colima, vuelve a creer que los colimenses le perdonan todo, pues cándidamente dijo que fue el suyo un error por haberse adelantado cinco o más días al plan o estrategia nacional, insisto, científica y de responsabilidad social del gobierno federal. Y sí, fue un grave error por lo que debería enfrentar consecuencias políticas, por su desatino que, como lo señaló la diputada de Morena, Livier Rodríguez, el daño a los negocios ya están.
Este adelantado, se adelantó también en su propósito de pretender ser gobernador de Colima, donde hoy más que nunca se requiere de políticos -hombres o mujeres- con vocación institucional, social, política y que amen la cultura, el entorno, y conciten voluntades para sacar adelante al estado. No un perfil de impulsos y alocadas decisiones.
Dijo que haría un exhorto en el seno del Consejo consultivo de Protección Civil, o para la estrategia de Coronavirus, para que los negocios con capacidad de clientela de menos de 50, reabran, y que la actividad económica y social se active. Este es otro grave error, desde mi punto de vista como analista, pues no hay en el mundo del coronavirus ninguna otra estrategia que funcione, que no sea la de la distancia social y el confinamiento en los puntos pico del brote, y si bien no es el caso de Colima, no podemos arriesgarnos como sociedad a que propuestas ocurrentes, sin base científica, se impongan.
Primero es la seguridad y el bienestar común y más de las personas vulnerables. Urge que alguien le diga a este señor alcalde, lo grave que es llevar la demagogia, el oportunismo y los impulsos, a las acciones públicas.
PUNTO Y RAYA
Las acciones preventivas efectivas para evitar el Coronavirus.
En estos días de la pandemia, ya tenemos en claro que es la distancia social y el cuidado en la higiene personal, lo que puede hacer la diferencia entre ser contagiado o no del virus.
Hay una gran cantidad de mensajes por todos los medios que hablan con claridad sobre el correcto uso de máscaras, guantes, batas, y la distancia de dos metros que debemos guardar con una persona.
La experiencia que el mundo ha tenido respecto a la sana distancia en otras epidemias, es que sí es efectiva esta medida. Por eso el gobierno federal maneja el ícono publicitario de Susana Medida. No hay de otra, y nada de confiarse, si llegara a propagarse este mal; disciplina consistente.
¡A cuidarnos, no hay de otra!
¡Hasta la próxima!