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Por Cuauhtémoc Ramírez
La globalización ha transformado la relación entre las personas y su entorno: ahora lo local es global y lo global es local. Este tema aplica para todas las industrias y desgraciadamente para la propagación agilizada de pandemias, tal es el caso del Covid19; la incertidumbre provocada por este virus también ha llegado a los mercados de valores y las economías de todo el mundo sin excepción alguna.
Dichas problemáticas han llevado a una caída negativa en el crecimiento económico de todos los países durante este primer trimestre del 2020, resultando así en la aplicación de medidas extraordinarias en edificios públicos, comercio y la movilidad de las personas. Reduciendo la producción, consumo, turismo y otros sectores más que tienen consecuencias económicas graves para todos y todas.
Ante esto, organismos internacionales como Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han recomendado a los gobiernos inyectar grandes cantidades de dinero para continuar con el funcionamiento económico local y nacional. Países como Francia o España anunciaron la suspensión del pago de alquiler y las facturas de luz, agua o gas a raíz de estos préstamos, dando como resultado un endeudamiento para las futuras generaciones a dichos organismos por el pago de la prestación y los altos intereses del crédito dado.
El panorama en México vislumbra algunos sectores positivos tal es el caso del conocimiento de medidas aplicadas desde el año pasado por China, Italia, España y otros países que no trabajaron de manera adecuada la contención del virus en sus inicios, esto dará al gobierno Mexicano pautas para reducir la curva de ascenso en la propagación de la pandemia tal como lo hizo por ejemplo Hong-Kong. Otro factor clave han sido los programas sociales como Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida y apoyo a los adultos mayores donde los subsidios continúan y en algunos casos aumentaron a modo de contribución a los que verdaderamente lo necesitan.
Se resalta mucho que el presidente de México ha descartado solicitar recurso económico de organismos internacionales ya que esto provoca la caída en un vaso sin fondo al endeudamiento que generación tras generación aumenta, este gobierno afirma ser diferente y no caer en la pauta de solucionar los problemas de liquidez hundiendo la economía generacional del país y sus proyecciones futuras. Su eterno combate a la corrupción como bandera de gobierno ha dado pie a que existan altos números en las arcas económicas del gobierno federal actual. Sin embargo las medidas tomadas por países de Europa o Asia no pueden ser utilizadas por México debido a que el país no cuenta con la capacidad de segregación industrial o económica, aunado un alto comercio informal, diferenciación clasista muy marcada y un sistema de salud que apenas se encuentra en evolución (INSABI).
Para contextualizar esto de una mejor manera las medidas anteriores podríamos ejemplificar a Colima, donde la solicitud de recursos tiene al Estado como uno de los más endeudados del país, Colima cuenta hoy con un endeudamiento de más de 2 mil 805 millones de pesos, tomando en cuenta este dato per cápita hacia uno de los Estados más pequeños del país; tan solo durante 2019 se incrementó poco más de 129.1 millones de pesos; muchas veces esta solicitud es necesaria pero cuando tenemos desfalcos con enriquecimiento a los gabinetes pasados como los que se han realizado la mayoría de los gobernadores del Estado es una medida que no tiene cabida. Gobierno Estatal ha mantenido el crecimiento económico con una industria nula, segmentándose en Pymes y Micropymes principalmente, se considera increíble que sexenio tras sexenio no se dé ese paso real ni en crecimiento ni en la segmentación de zonas industriales teniendo uno de los puertos más importantes de Asia pacifico.
Pareciera que el Gobierno Estatal pretende desestabilizar el bajo desarrollo económico del Estado este sexenio, sembrando y aprovechando el pánico generado a raíz del Coronavirus con el objetivo de conjeturar una solicitud de préstamo y endeudar una vez más a Colima esparciendo la duda de si verdaderamente ese dinero sería utilizado para ayudar a la población local o la costumbre partidista de desaparecerlo entre su gabinete cuando se aproxima el final de sexenio.
¿Tú qué opinas?