¿Hasta dónde están dispuestos a llegar…?
Por Andrés Escarpita Ferrer
El pasado 12 de febrero del año 2020 confirmó la Fiscalía General de la República la detención en Málaga, España, de Emilio Lozoya Austin, quien fuera director de Pemex durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Lozoya tenía dos órdenes de aprehensión en su contra; la primera por mal manejo de recursos cuando era el titular de la petrolera y la segunda por el ya famoso caso Odebrecht, en donde se le acusa de haber recibido millones de pesos mediante sobornos.
Estamos ante la detención de un personaje importante en un caso sumamente complejo, ya que, a mi manera de ver las cosas, todo lo que sucedió no es acto de un solo funcionario. Me resulta complicado creer que Lozoya se mandara solo y pactara con Altos Hornos de México y Odebrecht sin el consentimiento de algunos otros secretarios e inclusive de hasta el mismo Poder Ejecutivo.
Tenemos frente a nosotros una estructura amplia de corrupción en la que hay, o había un jefe y que atando los cabos sueltos, estos apuntan a quienes controlaron los Pinos en el sexenio pasado.
Según el fiscal General de la República, Alejandro Gertz, existe una relación entre las detenciones de la exsecretaria de la Sedesol, Rosario Robles, el abogado Juan Collado y el recién aprehendido Emilio Lozoya, el fiscal mencionó en una entrevista con El País, que “todos tienen un vínculo que los une”, y es que esto parece un juego de dominó en el que cuando cae una pieza, ésta termina tirando a otra.
Sin importar las incógnitas que se generaron con la captura, hay alguien que está de festejo, se trata de Santiago Nieto; titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP). A mi gusto, uno de los mejores y más eficientes funcionarios que nos ha dado el Gobierno de la 4T.
Lozoya y Nieto tenían algunas cuentas que saldar, debido a que durante el sexenio pasado Santiago Nieto fue despedido de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) por culpa de Lozoya, tras haber iniciado una investigación que tenía como principal sospechoso al antiguo líder de Pemex por su presunta participación en el financiamiento ilegal de la campaña de Peña Nieto en el año 2012.
La situación no es nada sencilla y es todo un reto para la Fiscalía General de la República (FGR) principalmente para el fiscal Alejandro Gertz Manero, ya que serán quienes decidan si se juzgará a Lozoya únicamente por los cargos ya señalados, o ir más a fondo e investigar dónde comenzó toda esta cadena de corrupción y quiénes fueron los que la orquestaron, por eso es que pregunto: ¿Hasta dónde están dispuestos llegar?
Si la FGR se apega a la política de López Obrador de “Cero tolerancia a la impunidad y la corrupción” le tiene que dar luz verde a Santiago Nieto, y permitir que la UIF se sumerja y llegue hasta el fondo de este océano llamado corrupción.
A final de cuentas, y sin importar el caso ni los involucrados, todo crimen exige justicia…