MAM vs JIPS: sangra el PRI
Por Alejandro Berber Carvajal
Hace unos días, el presidente del PRI en la entidad colimense, Kike Rojas, pedía que los costos políticos de la sentencia a Mario Anguiano no afectara en demasía lo que queda del prestigio del partido tricolor. Muy tarde llegó su petición a San Felipe de Jesús, pues el escándalo de los $515 millones de pesos será una batalla intrapriista épica y memorable, en la que el rojo sangre adornará también el blanco y verde de su escudo.
Mario Anguiano es ahora víctima de bullying incluso de algunos de los que fueron sus colaboradores, y no sorprende: “Muerto el Rey, Viva el Rey”. Pero el destace del escándalo de corrupción que tiene como actores a los últimos dos gobernadores, dará mucho de qué hablar en las próximas semanas y meses; la disputa no dejará, ni a MAM, ni a JIPS, faltos de heridas sangrantes.
Nada más la rueda de prensa y la respuesta de Mario Anguiano fue sepulcral para el festejo de cuarto aniversario del gobierno de Peralta Sánchez, que calificó los dichos de “distractores con fines mediáticos”. En la semana nos enteramos, vía la agencia Quadratin y algunos medios locales, que la sede de la “embajada” estatal en Ciudad de México también tiene tufo a sobre precio, por lo que las revelaciones de Anguiano Moreno sobre las presuntas irregularidades en la compra del predio de La Campana, así como la ya conocida podredumbre en la operación de la ex Zona Militar, son dagas envenenadas que vienen del propio PRI (aunque sea el de la otra trinchera) y que hunden aún más la reputación de la actual administración estatal. Fuego amigo no tan amigo.
Si creíamos que la imagen del tricolor estaba por los suelos, los sablazos entre el grupo político de Anguiano y Peralta serán una representación de la épica escena de Kill Bill, tarantinamente hablando. Pero ni Nacho ni Mario serán Beatrix Kiddo; serán uno de los Locos 88 que saldrán de la batalla sin alguno de sus miembros, cortesía del sable Hattori Hanzo que debe ser la lucha anti corrupción que se cierne sobre nuestra entidad. El PRI será el gran charco de sangre en donde las carnes mutiladas van a revolotear.
Como lo decía, la batalla apenas inicia y pese a esto ya nos ha salpicado unas cuantas gotas de sangre tricolor. Hay sinnúmero de temas pendientes, y ayer Anguiano disfrutó desmenuzar cada una de las acusaciones en su contra. Por principio de cuentas, la gran interrogante: ¿En qué se gastaron más de $500 millones de pesos durante el interinato de Ramón Pérez Díaz?
Sin embargo, las otras interrogantes que nos dejó esta semana negra para el PRI son aún más preocupantes: ¿Hay algo turbio en la compra de La Campana? ¿Habrá sanciones por el desaseo (por decir lo menos) en el tema de la ex Zona Militar? ¿Son ciertas las investigaciones de Quadratin en torno a la “embajada” colimilla en CDMX?
Esos son tres sables Hattori Hanzo listos para desollar lo que queda del prestigio priista en la entidad. Aquí no valdrá que el partido niegue a los combatientes, como lo hicieron con Emilio Lozoya al momento de su detención. Kike Rojas, pese a sus rezos, está inmerso en sus peores temores.