Opinión: La Universidad de Colima
Por Enrique Michel Ruíz
Amigas y amigos, hoy después de escuchar y leer varias opiniones de personajes ligados a la vida pública de nuestro Estado de Colima, sobre la reforma a la Ley Orgánica de la propia Universidad, y la discusión que se da sobre la autonomía de la misma, creo que lo mejor que puede pasar es que, nuestra sociedad, toda en su conjunto se manifieste de manera libre y espontánea, de todos los asuntos inherentes a nuestra Universidad.
Así como la autonomía es una garantía consagrada en el Art. 3 de nuestra Constitución General de la República, así también debe de existir para todos los mexicanos, la garantía de que las Leyes Orgánicas de todas las Universidades del País, estén elaboradas y aprobadas, con todos los principios democráticos y de absoluto respeto a los derechos humanos.
Es decir, no se debe permitir que grupos fácticos controlen y decidan sobre la vida de nuestras universidades, de acuerdo a sus intereses personales y de grupo. Todas absolutamente todas las instituciones académicas, pero sobre todo las que son públicas, deben estar abiertas al diálogo y la participación ciudadana. Ser transparentes y que de manera permanente practiquen la rendición de cuentas.
Que no se confunda la autonomía con la falta de apertura a una vida democrática y de respeto a los derechos humanos, que la comunidad universitaria participe en la elaboración y modernización de las leyes que regulan la vida interna de las universidades, y que se coordine con el Poder Legislativo, quien en éste País hasta el día de hoy es el único ente facultado por nuestra Carta Magna, para elaborar y aprobar Leyes.