Salario mínimo en 2020, el mayor en 40 años de gobiernos neoliberales
Por Eduardo Bravo*
En los últimos 40 años de gobiernos neoliberales (PRI-PAN) el salario mínimo perdió un 80% de poder adquisitivo, provocando graves consecuencias en el país, como el aumento de la pobreza, emigración y violencia. Según la Ley Federal del Trabajo: «(…) El salario mínimo deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos (…)”. Es decir, que un jefe de familia a través de su salario debería de proveer de una canasta básica, hogar, cobijo, y educación a su familia y con ello poder brindarles una vida digna.
En los años 70’s y 80’s el PRI que era el partido en turno cambió la política económica del país y pasó de ser una nación en vías de industrialización, proteccionista, y con un control de precios en la compra y venta de los productos del campo, a un modelo neoliberal. De esta manera se terminó con una dinámica posrevolucionaria nacionalista a una de corte liberal, en donde los ideólogos de Washington a través de las élites mexicanas implementaron el neoliberalismo, donde se plantea la poca intervención del Estado en cuestiones del mercado, con la premisa de que el mercado se auto-regula y desarrolla, como una mano invisible, idea del economista Adam Smith, uno de los padres del liberalismo.
Desde entonces los gobiernos en turno (PRI-PAN) han reproducido y aplicado el neoliberalismo, privatizando industrias para-estatales, energéticos, materias primas, servicios públicos, el campo, pero lo más despiadado, es que, también privatizaron y convirtieron en mercancía al trabajador y al campesino mexicano como mano de obra barata para los intereses coloniales del imperialismo Yanqui. La mano de obra barata del trabajador mexicano como proyecto económico-político neoliberal, ha empobrecido a las familias mexicanas orillándolas a una vida paupérrima en donde los ingresos de una familia no cubren las necesidades básicas en el orden material, como lo es un hogar (vivienda), abrigo (ropa), alimento.
En el portal del Gobierno de México, el presidente en turno, Andrés Manuel López Obrador, señaló que, a través de un acuerdo conjunto entre el gobierno, cámaras empresariales y sectores obreros se logró concretar el aumento del 20% en el salario mínimo a partir del 2020 en la zona denominada como “Resto del país”, el cual será de 123.22 pesos a partir del 1° de enero, mientras que, en la zona libre de la frontera norte pasará de 176.22 a 185.56 pesos diarios, consecuente con la nueva política salarial, el gobierno mexicano alcanzó por segundo año consecutivo un alza en el salario mínimo en beneficio de 3.44 millones de trabajadores mexicanos.
Con la nueva política salarial se demuestra que el alza del salario mínimo no provoca inflación, como lo manifestaban las élites neoliberales, razón del estancamiento económico que repercutió en los ingresos de los trabajadores mexicanos. El presidente, mediante acuerdos políticos, logró por diversos factores, tales como: el ataque a la corrupción, finanzas públicas sanas y la redistribución de los ingresos del Estado a las familias, el segundo aumento salarial que siempre creció por debajo de la inflación, perjudicando a la única fuente de ingreso de la clase trabajadora y pauperizando las condiciones de vida de millones de mexicanos. Dicho aumento pone fin a la caída del 80% adquisitivo registrado durante más de 40 años.
Este incremento significa cuatro veces la inflación esperada en 2020, indicó Bank of America Merrill Lynch en un análisis, en el cual, ya esperaba un aumento del 20% en el salario mínimo general. Organizaciones patronales mencionaron que, con este incremento, se rebasa por primera vez desde 1992 la Línea de Bienestar Individual que calcula el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), de 3,150.6 pesos. De esta forma, el salario mínimo estará 19% por encima de ésta. Esperemos que Andrés Manuel y el gobierno que encabeza sigan dando muestras de cambio y resultados y que la cuarta trasformación (4T) cumpla con las expectativas de carácter económico, político y social que millones de mexicanos depositaron en las elecciones del 2018 a través de su voto.
*Jesús Eduardo Bravo Delgado, Licenciado en Administración Pública y Ciencia Política por la Universidad de Colima.
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