Zedillo recibe pensión de más de $143 mil mensuales, mientras millones solo reciben el mínimo

Ernesto Zedillo Ponce de León, expresidente de México y actual crítico de las reformas democráticas promovidas por la 4T, recibe una pensión vitalicia de más de 143 mil pesos mensuales del Banco de México, mientras millones de mexicanas y mexicanos pensionados con Afore apenas sobreviven con montos entre 2 mil 600 y 8 mil pesos al mes.
La revelación de su pensión contrasta con su historial como uno de los principales impulsores del modelo privatizador en los años 90, cuando en 1997 instauró el actual sistema de Afores que ha precarizado el retiro de generaciones completas. Hoy, muchos adultos mayores necesitan apoyos federales para cubrir sus necesidades básicas, como resultado directo de esa reforma.
Zedillo ha reaparecido en el debate público con artículos de opinión publicados en la revista Nexos, dirigida por Héctor Aguilar Camín, criticando el proyecto de reforma judicial impulsado por el presidente López Obrador. Sin embargo, su trayectoria como mandatario está marcada por escándalos y decisiones controversiales: la desaparición por decreto de la Suprema Corte en 1995, la privatización de Ferrocarriles Nacionales —empresa a la que se integró después de venderla—, y su supuesto pacto con Estados Unidos para facilitar la llegada del PAN al poder en el año 2000.
Durante la conferencia matutina del 29 de abril, la presidenta Claudia Sheinbaum recordó estos episodios, incluyendo el caso del Fobaproa y las matanzas de Acteal y Aguas Blancas, aún sin justicia, como parte de los capítulos más oscuros del régimen neoliberal.
Mientras tanto, Zedillo se encuentra entre la élite de exfuncionarios del Banco de México que reciben jugosas pensiones vitalicias. Figuras como Guillermo Ortiz Martínez, Agustín Carstens y Francisco Gil Díaz también perciben mensualmente entre 140 mil y hasta 292 mil pesos, financiados con recursos públicos. Un esquema que perpetúa los privilegios de una élite tecnócrata que impuso recetas de ajuste estructural a costa del bienestar de la mayoría.
El regreso mediático de Zedillo ha sido interpretado como muestra de la falta de figuras con credibilidad en la oposición. Pero también ha vuelto a encender el debate sobre los privilegios del pasado, que contrastan con la lucha actual por un sistema de justicia social y pensiones dignas para el pueblo