Felipe Cruz Calvario: del Oportunismo al Desprestigio Político
A lo largo de sus 24 años en la política colimense, Felipe Cruz Calvario ha dejado un rastro de cambios de partido, controversias y acusaciones que han puesto en duda su integridad y compromiso con el bienestar de los ciudadanos.
Cruz Calvario inició su carrera en el Partido Acción Nacional (PAN), donde fue alcalde de Villa de Álvarez en dos ocasiones. Sin embargo, su lealtad partidista pronto se desvaneció y migró a Movimiento Ciudadano, logrando nuevamente la alcaldía. Este cambio marcó el inicio de una serie de movimientos políticos oportunistas.
Durante su gestión como alcalde, enfrentó acusaciones por la venta de terrenos propiedad del municipio a particulares, una práctica que, según la ex alcaldesa Yulenny Cortés León, dañó el patrimonio de Villa de Álvarez y fue una constante en su gobierno. Estas transacciones generaron ingresos excedentes millonarios, despertando sospechas sobre su proceder.
Además, fue denunciado ante el Congreso del Estado por violentar la ley de Movilidad al aprobar la operación de mototaxis, una función exclusiva del gobierno estatal. Aunque libró el juicio político, estas acusaciones empañaron su trayectoria.
En diciembre de 2020, renunció a Movimiento Ciudadano para unirse al Partido Verde Ecologista de México (PVEM), donde consiguió una diputación plurinominal para su esposa Sin embargo, su estancia en el PVEM fue breve, y en diciembre de 2023 regresó al PAN, donde ahora busca una diputación local.
Pero la controversia más reciente es su alianza con Esther «Tey» Gutiérrez Andrade, candidata del PRIAN a la alcaldía de Villa de Álvarez, quien hace menos de dos años criticaba duramente su gestión. Este aparente acto de hipocresía política ha generado indignación entre los ciudadanos, que cuestionan la credibilidad y coherencia de ambos.
La trayectoria de Felipe Cruz Calvario, marcada por cambios de partido, acusaciones de irregularidades y alianzas contradictorias, es un ejemplo de la falta de principios y compromiso genuino con la ciudadanía. Los votantes tendrán que decidir si quieren ser representados por un político envuelto en tantas controversias y cuya lealtad parece estar más ligada a sus ambiciones personales que al servicio público.
La Ciudadanía exige políticos íntegros, coherentes y transparentes, no tránsfugas oportunistas que cambien de colores y alianzas según sus intereses.