Pita eterna

Por Carmen Zuñiga Cuevas*

“Hay muchas mujeres tímidas que prefieren dejarse maltratar por miedo, que les dicen que no valen nada. Yo les digo que sí valemos y debemos hacernos valer… A todas esas mujeres yo les diría que se rebelen, que se defiendan y denuncien, y si no les hacen caso que exijan en las calles con marchas y que digan: somos mujeres y aquí estamos” Epitacia Zamora Teodoro

Hace unos días hice pública mi nominación de Epitacia Zamora a la “Medalla Sor Juana Inés de la Cruz” que entrega la Cámara de Diputados, misma que reconoce y premia a las mujeres que hayan incidido y destacado en la lucha social, cultural, política, científica y económica a favor de los derechos humanos de las mujeres y de la igualdad de género. 

Por eso mismo era más que necesario postular a Epitacia Zamora Teodoro o simplemente “Pita”, como era conocida en su comunidad, mujer indígena mexicana y defensora de los derechos humanos de las comunidades indígenas y de las mujeres. 

“Pita” se casó a los 15 años de edad, fue madre de cuatro hijas y dos hijos, estos últimos ya fallecidos. De hecho, a Epitacia Zamora la lanzó a la lucha social la muerte de uno de sus hijos, víctima de la policía del municipio de Villa de Álvarez, que lo detuvo arbitrariamente, como se recoje en el libro de J. Jesús Lemus “México A Cielo Abierto: De cómo el boom minero resquebrajó al país” de Editorial Grijalbo, misma que fue justificada oficialmente como “suicidio dentro de los separos”. 

“El coraje y la impotencia ante la autoridad hicieron que su madre se rebelara; su primer acto fue integrarse a las Comunidades Eclesiales de Base” J. Jesús Lemus

Luego de su paso por las Comunidades Eclesiales de Base, fue promotora de los comités de apoyo del EZLN en Colima, y ayudó a la organización indígena de apoyo al zapatismo en Jalisco y Michoacán. 

“Pita era consciente de la importancia de reforestar las montañas, así como de reconocer y apoyar el incansable trabajo que realizan los habitantes de Lagunitas, El Terrero y Campo Cuatro, comunidades que se encuentran en pobreza extrema, y al mismo tiempo juegan un papel esencial para la conservación de la Sierra de Manantlán” Aimé Tapia 

Pero su última lucha fue la defensa del agua y el suelo de Zacualpan frente a la presencia de la empresa minera Gabfer. La lucha de Epitacia Zamora fue contra la minería en un contexto donde el gobierno federal, con la participación de las autoridades estatales y municipales de Colima, ya habían cedido más del 44% del territorio del estado para la explotación minera.

“Para explicar la forma en que Pita concebía la Tierra-territorio, su hija Carmen, quien actualmente continúa en la defensa de Zacualpan, evoca la imagen de un molino, referencia fundamental en la cotidianidad de las mujeres indígenas para la comprensión del entramado de la vida. Si queremos tener tortillas calientes en el comal es necesario realizar todo un proceso que no siempre es evidente, sobre todo para quienes viven fuera de las comunidades. De la misma manera, para que nazca el agua en los manantiales, se requiere del cuidado de los bosques que alberga la biósfera de la Sierra de Manantlán: “Si no le pones el nixtamal arriba no sale la masa abajo, si no reforestamos arriba no brota el agua abajo” Aimé Tapia

Así la comunidad indígena se organizó para expresar su oposición a la instalación de una mina de oro, plata, cobre y manganeso, cuya concesión de 100 hectáreas pertenecía a la empresa minera Gabfer. Proyecto que ponía en grave riesgo la biodiversidad de la zona, la salud de la población de Zacualpan, así como la de las ciudades de Colima y Villa de Álvarez, que se abastecen del agua del manantial de esta localidad, pese a la insistencia del expresidente de Bienes Comunales que en cuatro asambleas intentó aprobar la mina con los comuneros pese a que estos rechazaron el proyecto. Como nunca registró las actas ante el Registro Agrario Nacional y seguía insistiendo en la instalación de la mina, los comuneros decidieron tomar en sus manos la asamblea y el 23 de febrero se llevó a cabo una segunda convocatoria, a la cual asistieron 97 comuneros. Pese a que el día anterior el expresidente había perifoneado que la asamblea se suspendería por “la violencia que estaban generando grupos externos”, no se presentó. Sin embargo, los comuneros decidieron realizarla, llevando a un notario para que diera fe de la legalidad de la misma. 

Durante su transcurso se tocaron tres puntos que fueron aprobados por unanimidad: rechazar el proyecto minero y declarar el “Territorio Libre de cualquier actividad minera”; la destitución del comisariado de bienes comunales y su comité de vigilancia y, finalmente, la elección de un nuevo comisariado.

Pese al machismo que predomina en la sociedad, “Pita” fue la primera mujer secretaria de la mesa directiva del Comisariado de Bienes Comunales de Zacualpan y constituyó el Consejo Indígena por la Defensa del Territorio de Zacualpan. Durante la primera asamblea pública del CIDTZ en 2014, celebrada en el jardín principal de la comunidad:

“…somos indígenas actualizados, somos indígenas despiertos, no dormidos, les vamos a demostrar que esta lucha sigue y no vamos a dejar que nos regularicen la tierra, porque no queremos gente extraña que nos venga a explotar, deben respetar nuestra cultura, nosotros somos de aquí, Zacualpan vive, eso yo creo y pienso, es la única comunidad indígena que no ha desaparecido comunalmente […] que somos gente alborotadora, no señor, somos una gente despierta y que ya no somos ignorantes y no nos pueden engañar con una bulinga y una olla de pozole” Epitacia Zamora Teodoro

Una vez realizada el acta notariada, ésta fue presentada ante el RAN para su registro. Después de diez días, el entonces delegado del RAN, Miguel Barragán Ornelas, solicitó una reunión con algunos miembros de la comunidad y con diversas instituciones como la Semarnat, la Sedatu, la Comisión Estatal de Derechos Humanos y el presidente municipal de Comala. En esta reunión realizada el 8 de marzo en la comunidad a petición del Consejo Indígena, en un acto histórico todas las autoridades reconocieron la decisión tomada por la asamblea de rechazar el proyecto minero y declarar su territorio libre de minería, aceptando también a sus nuevas autoridades comunales. Asimismo, los presentes prometieron que el 11 de marzo el delegado del RAN entregaría el registro, el libro de actas y el sello al nuevo comisariado de bienes comunales. Lo que nunca sucedió. El 13 de marzo la comunidad decidió cerrar las bombas que abastecen de agua a Colima y Villa de Álvarez, como una medida para que el gobernador del Estado Ignacio Peralta Sánchez atendiera sus demandas. A la acción del cierre de las bombas, acudió el secretario general de Gobierno, acompañado de unos 20 judiciales y del C4 armados y vestidos de civil a pedirle a la comunidad que abandonaran las instalaciones sin atender el tema de la instalación de la mina. 

A un kilómetro se encontraban 150 efectivos armados con toletes y escudos, así como una tanqueta, que finalmente reprimieron a quienes se encontraban en la primera fila, principalmente mujeres que iban con “Pita” Zamora. 

La presión de sociedad colimense y de la comunidades de Zacualpan, hicieron que el Gobierno del Estado cediera en la realización de unas mesas de diálogo con doce instituciones estatales y federales, que sólo se manifestaron “en contra de cualquier actividad que afecte o ponga en riesgo los manantiales de Zacualpan, fuente de abasto de agua de muchos miles de habitantes del estado, particularmente de la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez”, evitando mencionar directamente la instalación de la mina.

Entre marchas, mítines, plantones frente al Congreso del Estado, la Procuraduría Agraria y al Palacio de Gobierno; y a pesar de la violencia física, las amenazas de muerte y las difamaciones a los miembros del Consejo Indígena, finalmente, el 27 de mayo de 2014, ante la presión nacional e internacional, el Tribunal Unitario Agrario reconoció la legalidad de la Asamblea del 23 de febrero en la que se declara a Zacualpan Territorio Libre de Minería y se elige a un nuevo comisariado de la Comunidad Indígena.

Epitacia Zamora Teodoro falleció en febrero de 2015, a los 57 años de edad, por anemia mielodisplásica, enfermedad que adquirió como resultado de más de una década de trabajo en una plantación de papaya, donde estuvo expuesta a agroquímicos que menguaron su salud.

“Pita reivindicó la importancia de los maíces criollos, la agricultura de subsistencia y la medicina tradicional indígena que practicó durante una buena parte de su vida. Esta defensora de la Tierra logró sembrar la semilla de la conciencia en su pueblo, y vivió para presenciar la declaración de Zacualpan como territorio libre de minería. Su mayor tristeza fue ya no poder seguir luchando para la cancelación de las concesiones mineras. Dejó este mundo con la convicción de que la comunidad continuaría caminando hacia un horizonte de justicia socioambiental”. Aimé Tapia González

De manera póstuma recibió el Premio Estatal de Derechos Humanos “Condecoración Eleanor Roosevelt” 2019 de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima “por su incansable labor en la defensa de los derechos humanos de las comunidades indígenas, especialmente la de Zacualpan, Comala; por ser parte fundamental de la declaratoria de “Territorio libre de minería” y por representar a las mujeres indígenas en la lucha de su dignidad humana”. 

Además, ese mismo año recibió el reconocimiento “Mujer Destacada Comalteca 2019” del Gobierno Municipal de Comala a través del Instituto Municipal de la Mujer “por su trayectoria, compromiso y lucha social a favor de su comunidad y demostrar que las mujeres comaltecas son ejemplo de fuerza, trabajo y servicio; inspirando así la búsqueda de la igualdad y el desarrollo de mejores oportunidades”.  

Además, el 27 de enero de 2022 la directora del Instituto Colimense de las Mujeres Caty Suárez y nuestra gobernadora Indira Vizcaíno anunciaron de manera conjunta la creación del Reconocimiento “Mujeres Constructoras de Paz Epitacia Zamora Teodoro” como un reconocimiento a trayectoria en su defensa del agua, territorio y comunidad.

El papel de las mujeres indígenas como productoras de epistemología y ética en el contexto de la globalización neoliberal. Por ejemplo, la filósofa y ecofeminista Aimé Tapia comenta que al hacer esta reflexión se cuestiona la pretendida universalidad de la filosofía occidental y se reivindican los principios propios de la epistemología indígena como son los del reconocimiento de sujetos no humanos, el respeto a la Tierra, la complementariedad, la intersubjetividad y el “nosotros”.

La influencia del feminismo y otras muchas circunstancias históricas dieron surgimiento a movimientos sociales protagonizados por mujeres indígenas como actoras principales, tal es caso de la lucha contra la minería en Zacualpan, Colima. Ha sido, en movimientos como este, en que la defensa del territorio se vincula a demandas específicas de género. De esta manera, reflexiona Aimé Tapia, la conformación del feminismo indígena critica los discursos feministas ilustrados, de nuevo pretendidamente universales, y los adaptan a sus realidades plurales.

“Nuestros antepasados también lucharon para obtener este pedacito de tierra, este rinconcito de tierra y el que vendiera algún pedazo vende a su madre, compañeros, porque, porque la tierra nos da de comer, nos da de beber Epitacia Zamora Teodoro

Es decir, estos feminismos indígenas conciben que el desarrollo debe ir siempre unido al respeto y conservación de la biodiversidad, así como a eliminar, transformar las tradiciones que oprimen a las mujeres y plantean el efecto enriquecedor que tendría el diálogo entre culturas invitando a la construcción de puentes con el feminismo ilustrado. 

Por eso la postulamos para este reconocimiento, como homenaje a todas las mujeres que luchan en el territorio por la naturaleza. 

A su lucha, 

Que es la lucha de todo un pueblo

Que es la lucha por 

Pita defensora de los derechos humanos, 

Pita voz de las mujeres, 

Pita luchando por la tierra y el agua, 

Defensora de la vida y de la dignidad

Por eso y más… 

Pita Vive, la lucha sigue y sigue…

*Carmen Zúñiga Cuevas es Diputada Federal por Morena del Distrito electoral federal 02, que comprende los municipios de Minatitlán, Ixtlahuacán, Armería, Tecomán y Manzanillo.

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