Defender nuestro maíz nativo es defender nuestra soberanía y la seguridad alimentaria de la humanidad
Yaomautzin Olvera
Profesor-Investigador de la Universidad Intercultural de Colima. Es Licenciado en derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad de Colima, titulado con mención honorífica con la tesis “Una trilogía de ponderación de derechos: El caso de los alimentos transgénicos”. Tiene una Especialidad en Ciencias del Ambiente, Gestión y Sustentabilidad en el Centro Universitario de Gestión Ambiental de la Facultad de Ciencias de la misma institución. Es especialista en Políticas Públicas para la Igualdad en América Latina y el Caribe por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Brasil; y Máster en Filosofía Jurídica y Política Contemporánea por la Universidad Carlos III de Madrid.
Hace unos días, el panel de resolución de controversias del T-MEC integrado por tres expertos en comercio internacional falló en contra del gobierno de México en la disputa interpuesta por Estados Unidos para abrogar el decreto que estableció la prohibición del uso de maíz transgénico para el consumo humano, así como el permiso condicionado para su uso en forraje y procesos industriales, además de la sustitución gradual del glifosato, promoviendo alternativas sostenibles y menos dañinas para la salud y el medio ambiente, emitido por el presidente Andrés Manuel López Obrador el 13 de febrero de 2023, por considerar que la decisión no está basada en una “evaluación de riesgo adecuada, evidencia científica y en normas internacionales relevantes».
Según el fallo, el Gobierno de México tiene 45 días para que alinee sus políticas con su determinación. Frente a lo anterior, es necesario puntualizar que: 1.- Detrás del fallo, y los vítores y gozo de personajes como Katherine Tai, representante de Comercio de los Estados Unidos, y de Tom Vilsack, secretario de agricultura de los Estados Unidos, se esconden no obstante, los intereses económicos de las corporaciones transnacionales interesadas en priorizar el lucro por encima de la salud, la alimentación, la biodiversidad y la vida; y el hecho de que en el sistema económico capitalista haga que los alimentos básicos sean considerados mercancías y no bienes comunes prioritarios para paliar el hambre de la humanidad.
2.- El hambre no es producto de la falta de alimentos o de fallas en la producción, sino de un sistema económico injusto que prioriza la ganancia por encima de la vida humana. Hoy por hoy se produce muchos más alimentos de los que consumimos, no se está en la premura de sacrificar la salud y el medio ambiente por la alimentación de los seres humanos, lo que significaría que en realidad el supuesto derecho a la alimentación en el que se escudan las multinacionales para promover los OGM, no puede ser alegado como solución al hambre existente.
3.- Los tratados de libre comercio no deben estar nunca por encima de nuestra soberanía, ni de los derechos del pueblo a la salud, al medio ambiente sano y a la alimentación. Tanto los derechos a la salud, medio ambiente y a la alimentación se encuentran ligados en especial con el derecho a la vida y el derecho a la dignidad humana. Es éste vínculo, el que los ata. El derecho a la salud, que tiene como objetivo garantizar siempre el bienestar físico, mental y social, con miras a la densificación del principio del máximo la vida y dignidad del ser humano. El hecho de que exista un consumo de productos o derivados de transgénicos, pese a la incertidumbre científica, vulnera éste derecho de la población en general. El derecho a la alimentación se deriva directamente del derecho a la vida y mantiene una estrecha relación tanto con el derecho a la salud como con el derecho a un medio ambiente saludable, indispensables para el pleno desarrollo de la persona humana, sin alimento el ser humano no vive y por consiguiente no cuenta con salud; sin humanidad que disfrute del medioambiente para que proteger el medio ambiente, se estaría cayendo en una postura de Deep ecology. La historia ha mostrado que son raras las situaciones en que las sociedades humanas consiguen garantizar una alimentación de calidad para todos sus miembros y, por esto, la defensa del derecho a la alimentación comienza por hacer frente a la concepción de los alimentos básicos como mercancías y hacer efectivo el acceso diario de las personas a alimentos en cantidades y calidad suficientes para atender las necesidades nutricionales básicas para la manutención de la salud. Y finalmente, el derecho al medio ambiente, es vulnerado con la liberación de los transgénicos, homogeneizando las variedades nativas y lesionando de manera irreversible la biodiversidad existente, lo que significaría una violación persistente de los compromisos hechos para con los convenios internacionales que protegen la diversidad biológica.
4.- Es irrisorio que un Panel en materia comercial decida sobre un tema soberano y de seguridad alimentaria de un país, ese Panel no tiene la legitimidad ni la capacidad científico-técnica para determinar si las medidas adoptadas por el Gobierno de México destinadas a proteger la salud de su población, preservar su riqueza biocultural y salvaguardar el reservorio genético de un cultivo, son acertadas o no.
5.- Debe respetarse el ejercicio del principio In dubio pro natura que está siendo efectivo el Gobierno de México ya que la agroindustria no ha podido a la fecha demostrar su inocuidad ni que éstos sean “sustancialmente equivalentes”, concepto adoptado en los años noventas por la OMC y la OCDE, en el sentido de que si se encuentra que un nuevo alimento o componente de alimento es sustancialmente equivalente a un alimento o componente existente, puede ser tratado de la misma manera respecto de la seguridad que su contraparte tradicional. Lo que es un hecho es que en la actualidad, no está totalmente demostrada la ausencia de peligro para el medio ambiente y para los seres humanos derivada del cultivo y comercialización de estas especies. Esta falta de certeza científica, ante un peligro de daño grave o irreversible, debe originar a través del derecho la toma de medidas preventivas en defensa de los derechos humanos que pudiesen verse afectados, como el derecho a la vida, la salud y el medio ambiente. Ante la incertidumbre científica es imprescindible que los gobiernos del mundo hagan uso del principio de precaución con motivo de proteger a la sociedad y las generaciones futuras. Como se ha señalado, los estudios presentados por la agroindustria para demostrar la inocuidad del maíz transgénico han sido financiados por las mismas corporaciones interesadas en desmantelar la prohibición decretada por el Gobierno de México. Lo que me hace recordar a cuando el geoquímico Clair Cameron Patterson publicó un artículo en la revista Nature en 1965, donde demostró los altos contenido de plomo en el ambiente y los seres humanos, y que atribuyó a la gasolina. Patterson se convirtió de ese modo, como el responsable de que se retirara el tetraetilo de plomo como aditivo antidetonante de la gasolina. Si bien la industria petrolera dejó de financiar sus investigaciones, desde ese momento se enfrascó en una lucha contra el toxicólogo Robert A. Kehoe, cuyos trabajos hasta la publicación de Patterson no habían sido cuestionados. Kehoe trabajó para General Motors, la Ethyl Corporation y DuPont, y con sus investigaciones creó dudas científicas en la mente colectiva, toda vez que aseguraba que no existía riesgo alguno. Si bien tomó muchos años, no fue hasta los años noventas en que muchos países optaron por prohibir la gasolina con plomo. Al respecto el astrofísico, Neil deGrasse Tyson considera que “los intereses creados aún contratan a sus propios científicos para crear confusión. Pero al final, la naturaleza no puede ser engañada”; al igual que el físico estadounidense Richard Feynman, quién ya antes había sostenido que “para lograr un éxito tecnológico, la realidad debe estar por encima de las relaciones públicas, porque la Naturaleza no puede ser engañada”. Como vemos, este principio pro natura, se enfrenta a la visión economisista de aprovechamiento de la naturaleza y su discurso de la competitividad.
6.- El concepto competitividad es usado en el sistema económico actual capitalista y neoliberal como un dogma de aceptación acrítica de discursos políticos y análisis económicos, y elevado a la categoría de fin absoluto ante el que todo debe supeditarse. Como sociedad en construcción del bien común y de un mundo mejor, debemos enfrentarnos a esta concepción.
7.- Al llamado “panel de expertos” no parece interesarles el hecho de que la producción de los alimentos transgénicos trae consigo el hecho de que éstos se siembran en monocultivos, devastan la naturaleza, requieren de pesticidas y herbicidas, afectan la seguridad alimentaria, y contaminan el agua.
8.- En México existen unas 60 variedades domesticadas y salvajes de maíz, tales como el Cacahuacintle; el Conejo; el Cuarenteño; el Cuatero; el Chagüe; el Escurpioncillo; el Olotillo; el Tepecente; el Popoyote; el Pronto; el Sapo; el Tigre y el Zapalote (Zea mays Linnaeus ssp. mays), por decir sólo algunos. El maíz fue el alimento básico de las culturas indígenas americanas muchos siglos antes de que los europeos llegaran a América, y hoy por hoy, constituye un alimento base de nuestra alimentación. En las civilizaciones maya y azteca jugó un papel fundamental en las creencias religiosas, en sus festividades y en su nutrición, y además, en tiempos precolombinos se cultivaba desde Chile hasta Canadá. Es decir, a lo largo de los años el maíz ha sido el sustento alimentario del pueblo mexicano, pues aún hoy, su empleo es variado y relevante como nutrimento básico. Por tanto, México como centro de origen y diversificación genética del maíz, tiene la responsabilidad de proteger las variedades criollas y nativas que representan siglos de coevolución a lo largo y ancho de nuestra República. La liberación y desplazamiento de transgenes a cultivos ordinarios y su posterior mezcla deriva de la facilidad con la que se filtran los transgenes, toda vez que las mazorcas nacen a raíz de la polinización colectiva de otras mazorcas, pudiendo sus genes viajar largas distancias a través del polen. El flujo genético del maíz transgénico con el nativo es contaminante y degrada al originario ya que además de transferir los genes de maíz, transfiere genes de bacterias y virus que le fueron adicionados por el hombre y que inevitablemente destruyen las variantes del maíz. Ante este panorama, la contaminación biológica de cultivos silvestres y domésticos atentaría en este sentido a la biodiversidad de un país megadiverso.
9.- Es necesario establecer marcos jurídicos vinculantes y específicos en materia de maíz transgénico. Por eso es importante elevar a rango constitucional la prohibición de la siembra de maíz genéticamente modificado y su consumo como alimento básico. 10.- Es importante mencionar que pese a esta situación, la presidenta ha sido clara en señalar que se dará la vuelta a la resolución del panel con una legislación, en febrero de 2025, que prohíba la siembra de ese grano genéticamente modificado, recalcando que «México es un país grandioso, que se ha ganado el respeto del mundo entero. Somos un país libre, independiente, soberano, somos una potencia cultural». Así, el Gobierno de México reafirma su compromiso de proteger la salud pública y el medio ambiente frente a los riesgos asociados con el maíz transgénico. Importante también ha sido el respaldo de las y los legisladores de Morena a la Presidenta Claudia Sheinbaum con el fin de avanzar en la prohibición. En conclusión, estando en juego los derechos humanos como la salud, la alimentación y el medio ambiente de la humanidad, poco importan éstos estándares económicos. El derecho al medio ambiente es vital para la cumplimiento del derecho a la salud, y a su vez, sin derecho al medio ambiente, no es posible garantizar el derecho a la alimentación, lo que vendría a ser una crítica al actual sistema de producción agrícola contaminante en diversos ámbitos, como el biotecnológico. Es angustioso por tanto, el hecho de que sin investigaciones suficientes y sobretodo sin un estudio riguroso de las consecuencias a largo plazo del consumo de alimentos transgénicos, por motivos económicos, ya se encuentre desde tiempo atrás este tipo de productos en el mercado independientemente de la disparidad de resultados en las investigaciones. Por tanto, frente a la política del exterminio que promueven los impulsores de este sistema económico de muerte debemos crear un frente común por la vida y seguir luchando por la afirmación de ésta y de la humanidad toda. Por eso sostengo que defender nuestro maíz nativo es defender la vida, la biodiversidad, nuestra soberanía alimentaria, nuestra salud, nuestro patrimonio biocultural.
Fuentes consultadas1.- La Jornada (21 de diciembre). “Maíz transgénico: resolución insensata”. Disponible en: https://www.jornada.com.mx/2024/12/21/edito/002a1edi2.- Poy Solano, L. (21 de diciembre).
“Álvarez-Buylla: no hay duda, los datos científicos son contundentes” en La Jornada. Disponible en: https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/12/21/economia/alvarez-buylla-no-hay-duda-los-datos-cientificos-son-contundentes-9667#:~:text=La%20investigadora%20Elena%20%C3%81lvarez%2DBuylla,que%20se%20libera%20al%20ambiente%20.3.- Poy Solano, L. (21 de diciembre). “La resolución fue hecha por expertos en comercio, no en salud y ambiente, señalan ONG” en La Jornada. Disponible en: https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/12/22/economia/la-resolucion-fue-hecha-por-expertos-en-comercio-no-en-salud-y-ambiente-senalan-ong-98204.- Posicionamiento de la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País (CNSMNP) ante el fallo del Panel de Controversias del T-MEC. (20 de diciembre de 2024)5.- Las Diputadas y Diputados Federales de Morena respaldamos a la Presidenta Claudia Sheinbaum y legislaremos para prohibir el maíz transgénico (23 de diciembre de 2024)6.- Toledo, V. M. (17 de diciembre de 2024). “¿Maíces infernales o maíces celestiales?” en La Jornada. Disponible en: https://www.jornada.com.mx/2024/12/17/opinion/015a2pol